Enamórate de Teverga (San Martín - La Plaza - La Culada - Entrago - Senda del Oso (circular))
near San Martín, Asturias (España)
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Trail photos
Itinerary description
Este paseo es una mezcla entre recorrido turístico, ruta gastronómica y senderismo. Perfecto para hacerse una idea general de la zona, ya que recoge mis sitios favoritos de la región que me ha acogido como médico rural durante un mes con los brazos abiertos. Tómese como un agradecimiento a la tierra y sus increíbles personas y un intento de transmitir a otros la pasión de este murciano por sus rincones.
Comenzamos este paseo para toda la familia en la farmacia del pueblo (a mí me venía bien este inicio porque estoy alojado en los Apartamentos El Rincón del Duende, que por cierto recomiendo encarecidamente).
Pasamos por delante de un monumento a un médico y por la Oficina de Turismo y tomamos la calle principal de San Martín. Al final de la calle nos desviamos un segundo para ir a Taberna Narciso, en Teverga desde 1830, un local que une tradición e innovación, manteniendo su aspecto original en el interior (mesas corridas, barra de madera y suelo empedrado), con recetas increíbles que reinventan la gastronomía típica de la zona y conciertos inigualables de viernes-domingo, funcionando como pub del pueblo, mi sitio favorito sin duda.
Volvemos enseguida a la calle principal y seguimos hasta La Plaza, donde encontramos:
-Una placa conmemorativa de la vista de los (entonces) Príncipes de Asturias que felicitaban a Teverga por su adaptación tras el cierre de la minería.
-Un restaurante llamado La Chabola que tiene un menú muy barato, generoso y de buenísima calidad.
-La Colegiata de San Pedro con su Campanario pintoresco partiendo en dos el cielo y la Peña (preciosa vista desde la terraza del restaurante), inolvidable el 23 de junio en la noche de San Juan.
Volvemos por el mismo camino pasando junto al Parque de Caravanas donde se puede aparcar una camper libremente y tomamos un momento de nuevo la calle principal para pasar por la puerta de Casa Laureano, el restaurante más conocido de San Martín, con unos pasteles de cabracho, verdura y jabalí, así como unas setas en temporada que no os podéis perder. Igual que las recomendaciones previas, la calidad gastronómica se endulza aún más por la calidad humana, inigualables.
Pronto, tomamos un sendero precioso hacia La Culada, pasamos un puente y podemos deleitarnos con un paseo que incluye la única cuesta (asfaltada y poca pendiente) del recorrido. Merece mucho la pena y nos deja en Entrago, a la altura del inicio de este tramo de la Senda del Oso.
El paseo que os recomiendo aquí es una ida y vuelta corta, plana y preciosa por el antiguo recorrido de las vías del tren y que puede hacerse a todas horas (yo recomiendo las últimas horas de sol cuando hay mucho menos trasiego de bicicletas). Pasamos por varios puntos de interés, incluyendo una pared escalable y un túnel en la roca, para llegar a un puente que he elegido como punto final de la ruta. En este puente hay un coto truchero y por casualidad pude ver unas cabras en el monte de enfrente. El puente al que me refiero aquí no es el puente de troncos que os habréis encontrado previamente (que cruza el río) sino uno que hay más adelante por el cual transita la Ruta del Oso.
Damos media vuelta y volvemos por el mismo camino, fijándonos en la zona de picnic que hay enfrente de la pared de escalada y, ahora sí, cruzamos el puente de troncos (cuando iba acompañado lo hacíamos de uno en uno aunque parece bastante sólido), aquí recomiendo agarrar a los niños tanto porque el puente es artesano, como porque las barandillas son bajas e inestables y porque después viene un cruce de carretera. Estos 20 metros son el único "peligro" de todo el recorrido.
Cruzamos la carretera y comenzamos un paseo por una acera con preciosas farolas isabelinas, por el término de Entrago, llegando enseguida a la Casa Pulpería Gallega, un sitio espectacular que sirve un pulpo a feira exquisito y un solomillo de ternera con salsa de setas (la ponen aparte) que es el mejor que he comido jamás.
El camino por Entrago, a la altura por la que habíamos pasado a la ida pero al otro lado del río, presenta dos monumentos de interés:
-El primero es una conmemoración de los bombardeos que tuvieron lugar durante la Guerra Civil Española por las tropas sublevadas en septiembre de 1937 contra el reducto republicano situado en la región de Asturias, último territorio no tomado por el bando sublevado en la costa del Mar Cantábrico.
-El segundo es el Palacio de los Condes de Agüera, una preciosa mansión señorial de espléndido entorno, en excelente estado de conservación, catalogada como casa-fuerte, fechada a fines del siglo XVII-principios del XVIII y propiedad en su día de la Casa de Miranda que la reedificó sobre una antigua fortaleza.
Seguimos por la misma acera de las farolas y enseguida pasamos una casa que comparten varias personas y en la cual siempre hay furgonetas y caravanas y que yo llamo la Casa Comunal y llegamos a la única gasolinera de la zona. Después, se inician las viviendas de nuevo (hay allí un alojamiento llamado Peña Sobia que también está bien) y se abre paso el pueblo de San Martín de nuevo con dos restaurantes:
-La Pizzería Pares o Nones que tiene pizzas, hamburguesas y bocadillos.
-El Restaurante Aladino que es el club social del pueblo entre semana y que, además, tiene unos menús de calidad que abarcan todos los precios y gustos, también con un trato increíble. Buenos parroquianos, buena comida y buenas cañas (desde su barra os escribo con una Salve en la mano).
La ruta sigue a través del parque, al lado del Bar Julio y de una conmemoración a una científica y llega de nuevo al punto de partida.
Enfrente está el Consultorio Local de Teverga, del que tanto he aprendido y que reúne a profesionales increíbles de la medicina rural.
En la misma calle se encuentra la Confitería La Tevergana que hace unos desayunos exquisitos, con bollos caseros recién hechos, tostadas, café y chocolate. Los he disfrutado mucho porque los Apartamentos El Rincón del Duende quedan al lado, en las afueras del pequeño núcleo urbano, y, como ellos, su terraza tiene la vista más bonita.
Esta es una tierra hermosa y mágica que alberga sorpresas en todos los rincones, una reinvención (a la vez clásica) de la Asturias minera y rural que esconde un paisaje y una gastronomía increíble, habitada por una gente maravillosa.
Comenzamos este paseo para toda la familia en la farmacia del pueblo (a mí me venía bien este inicio porque estoy alojado en los Apartamentos El Rincón del Duende, que por cierto recomiendo encarecidamente).
Pasamos por delante de un monumento a un médico y por la Oficina de Turismo y tomamos la calle principal de San Martín. Al final de la calle nos desviamos un segundo para ir a Taberna Narciso, en Teverga desde 1830, un local que une tradición e innovación, manteniendo su aspecto original en el interior (mesas corridas, barra de madera y suelo empedrado), con recetas increíbles que reinventan la gastronomía típica de la zona y conciertos inigualables de viernes-domingo, funcionando como pub del pueblo, mi sitio favorito sin duda.
Volvemos enseguida a la calle principal y seguimos hasta La Plaza, donde encontramos:
-Una placa conmemorativa de la vista de los (entonces) Príncipes de Asturias que felicitaban a Teverga por su adaptación tras el cierre de la minería.
-Un restaurante llamado La Chabola que tiene un menú muy barato, generoso y de buenísima calidad.
-La Colegiata de San Pedro con su Campanario pintoresco partiendo en dos el cielo y la Peña (preciosa vista desde la terraza del restaurante), inolvidable el 23 de junio en la noche de San Juan.
Volvemos por el mismo camino pasando junto al Parque de Caravanas donde se puede aparcar una camper libremente y tomamos un momento de nuevo la calle principal para pasar por la puerta de Casa Laureano, el restaurante más conocido de San Martín, con unos pasteles de cabracho, verdura y jabalí, así como unas setas en temporada que no os podéis perder. Igual que las recomendaciones previas, la calidad gastronómica se endulza aún más por la calidad humana, inigualables.
Pronto, tomamos un sendero precioso hacia La Culada, pasamos un puente y podemos deleitarnos con un paseo que incluye la única cuesta (asfaltada y poca pendiente) del recorrido. Merece mucho la pena y nos deja en Entrago, a la altura del inicio de este tramo de la Senda del Oso.
El paseo que os recomiendo aquí es una ida y vuelta corta, plana y preciosa por el antiguo recorrido de las vías del tren y que puede hacerse a todas horas (yo recomiendo las últimas horas de sol cuando hay mucho menos trasiego de bicicletas). Pasamos por varios puntos de interés, incluyendo una pared escalable y un túnel en la roca, para llegar a un puente que he elegido como punto final de la ruta. En este puente hay un coto truchero y por casualidad pude ver unas cabras en el monte de enfrente. El puente al que me refiero aquí no es el puente de troncos que os habréis encontrado previamente (que cruza el río) sino uno que hay más adelante por el cual transita la Ruta del Oso.
Damos media vuelta y volvemos por el mismo camino, fijándonos en la zona de picnic que hay enfrente de la pared de escalada y, ahora sí, cruzamos el puente de troncos (cuando iba acompañado lo hacíamos de uno en uno aunque parece bastante sólido), aquí recomiendo agarrar a los niños tanto porque el puente es artesano, como porque las barandillas son bajas e inestables y porque después viene un cruce de carretera. Estos 20 metros son el único "peligro" de todo el recorrido.
Cruzamos la carretera y comenzamos un paseo por una acera con preciosas farolas isabelinas, por el término de Entrago, llegando enseguida a la Casa Pulpería Gallega, un sitio espectacular que sirve un pulpo a feira exquisito y un solomillo de ternera con salsa de setas (la ponen aparte) que es el mejor que he comido jamás.
El camino por Entrago, a la altura por la que habíamos pasado a la ida pero al otro lado del río, presenta dos monumentos de interés:
-El primero es una conmemoración de los bombardeos que tuvieron lugar durante la Guerra Civil Española por las tropas sublevadas en septiembre de 1937 contra el reducto republicano situado en la región de Asturias, último territorio no tomado por el bando sublevado en la costa del Mar Cantábrico.
-El segundo es el Palacio de los Condes de Agüera, una preciosa mansión señorial de espléndido entorno, en excelente estado de conservación, catalogada como casa-fuerte, fechada a fines del siglo XVII-principios del XVIII y propiedad en su día de la Casa de Miranda que la reedificó sobre una antigua fortaleza.
Seguimos por la misma acera de las farolas y enseguida pasamos una casa que comparten varias personas y en la cual siempre hay furgonetas y caravanas y que yo llamo la Casa Comunal y llegamos a la única gasolinera de la zona. Después, se inician las viviendas de nuevo (hay allí un alojamiento llamado Peña Sobia que también está bien) y se abre paso el pueblo de San Martín de nuevo con dos restaurantes:
-La Pizzería Pares o Nones que tiene pizzas, hamburguesas y bocadillos.
-El Restaurante Aladino que es el club social del pueblo entre semana y que, además, tiene unos menús de calidad que abarcan todos los precios y gustos, también con un trato increíble. Buenos parroquianos, buena comida y buenas cañas (desde su barra os escribo con una Salve en la mano).
La ruta sigue a través del parque, al lado del Bar Julio y de una conmemoración a una científica y llega de nuevo al punto de partida.
Enfrente está el Consultorio Local de Teverga, del que tanto he aprendido y que reúne a profesionales increíbles de la medicina rural.
En la misma calle se encuentra la Confitería La Tevergana que hace unos desayunos exquisitos, con bollos caseros recién hechos, tostadas, café y chocolate. Los he disfrutado mucho porque los Apartamentos El Rincón del Duende quedan al lado, en las afueras del pequeño núcleo urbano, y, como ellos, su terraza tiene la vista más bonita.
Esta es una tierra hermosa y mágica que alberga sorpresas en todos los rincones, una reinvención (a la vez clásica) de la Asturias minera y rural que esconde un paisaje y una gastronomía increíble, habitada por una gente maravillosa.
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