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Encinacorba el silencio hecho arte

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Trail stats

Distance
2.4 mi
Elevation gain
167 ft
Technical difficulty
Moderate
Elevation loss
167 ft
Max elevation
2,499 ft
TrailRank 
42
Min elevation
2,342 ft
Trail type
Loop
Moving time
48 minutes
Time
54 minutes
Coordinates
667
Uploaded
May 13, 2021
Recorded
May 2021
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near Encinacorba, Aragón (España)

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Itinerary description

Localidad que forma parte de los 14 municipios de la Comarca Campo de Cariñena.
Situada en un llano, al pie de la Sierra de Algairén, se encuentra esta emblemática localidad, donde nació el afamado botánico D. Mariano Lagasca Segura.
Perteneció a la Orden de los Templarios, y a la disolución de ésta pasó a la Orden de San Juan.
Conserva dentro de su casco urbano edificios renacentistas con los característicos arcos de medio punto y junto a ellos destacan una fuente del siglo XVI, realizada en sillería y la iglesia de Santa María que se asienta en a las bases del antiguo castillo templario, al igual que su torre mudéjar.
Encinacorba cuenta también con una banda de música ya centenaria, fruto de su larga tradición musical.
A los habitantes que viven en esta localidad se les llama encinacorbenses.

Waypoints

PictographPhoto Altitude 2,497 ft
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Iglesia de Nuestra Señora del Mar

Iglesia de Sta. María Cronología: Siglo XVI Descripción general: Se asienta sobre el antiguo castillo de los hospitalarios y del que sólo quedan restos de sus muros en la parte baja de la iglesia; es obra gótico- renacentista del siglo XVI, construida en ladrillo. Destaca en su exterior la galería aragonesa que remata el conjunto en arcos apuntados y bajo ella la faja ornamental a base de cruces de múltiples brazos formando rombos, que acentúan, juntamente con la torre y con la ornamentación de las yeserías caladas de los óculos, el carácter mudéjar del edificio. La iglesia es de una sola nave, con el ábside poligonal de cinco lados, con capillas laterales en los lados rectos del presbiterio y con dos tramos en la nave, con capillas laterales. Presenta sacristías en la cabecera. Todo va cubierto con bóvedas de crucería estrellada, como corresponde a la época. Esta fábrica original fue modificada en las capillas del lado izquierdo de la nave, que en número de tres, una para el tramo recto del presbiterio y dos más, una para cada tramo de la nave, son ya de estilo barroco, ampliadas en profundidad y cubierta con cúpula sobre pechinas, habiéndose comenzado estas obras de reforma de la iglesia en el año 1649, según ha documentado Carlos Lasierra, para la capilla de la Virgen del Mar. El coro bajo a los pies, que sustituyó a otro anterior en alto, pondría fin a estas obras de reforma, datando del año 1679. Adosada a la iglesia aparece la torre- campanario, de planta cuadrada, se halla situada a los pies en el lado derecho de la iglesia y aprovechando para su parte inferior lo preexistente del castillo, que se caracteriza por su aparejo de mampostería con encintados de ladrillo, diferente al resto de la fábrica. Esta parte antigua de la torre tendría entrada en alto y vanos dobles en arco tumido, que aparecen cegados. Reutilizada en el conjunto religioso, se le dota de nuevo cuerpo de campanas, abovedado con cañón apuntado y con paso en alto a terraza. Esta torre aparece a partir del siglo XV, porque adecuaron el fuerte torreón para campanario, dejando amplios ventanales coronados por arcos de herradura, a mediados de siglo, añadieron sólo con ladrillo, un segundo cuerpo al improvisado campanario, cegando los huecos del primero aunque dejando aspilleras, y asumiendo las campanas en ocho ventanales góticos, de una traza y ejecución insuperables. Con austera decoración en el exterior de sus cuatro recios muros, con quebradas y calados. Con sus trece metros de altura, la torre dominaba y protegía el complejo castillo-iglesia. Posteriormente, se construyó el último cuerpo de la torre, con mínima decoración, representada por dos sutiles calados; siete ventanales, idénticos a los del segundo cuerpo, que asumieron definitivamente las campanas. La torre por dentro terminó en simple bóveda gótica. Se desconocen los tres remates –apoyos de la cruz, símbolo de templo cristiano- que debió tener la torre en sus diferentes épocas. El conocimiento hasta la primavera de 1995 era un templete afrancesado y dieciochesco. Desde los cimientos hasta el remate actual –un chapitel gótico de base octogonal y metálico- la torre ha tenido cinco maestros constructores: tres mudéjares y anónimos; el cuarto barroco y anónimo, y el quinto y último, don Regino Borobio, arquitecto y perito restaurador. Bibliografía: BORRÁS GUALIS, Gonzalo: Arte Mudéjar Aragonés. Ed. Guara, 1978.

PictographPhoto Altitude 2,495 ft
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Photo ofMonolito en honor a D. Mariano Lagasca Segura

Monolito en honor a D. Mariano Lagasca Segura

D. Mariano Lagasca Segura (Encinacorba 1776 – Barcelona 1839) Este ilustre personaje nació en Encinacorba, el 5 de octubre del año 1776. En esta localidad casi se conserva su casa como él la conoció. De tapial, sin revestir. En el seno de una familia humilde y numerosa creció este aragonés universal que ya ha sido considerado como la figura más sobresaliente de la botánica española. Cumplida su etapa infantil, marchó a Tarragona por decisión familiar para iniciar la carrera eclesiástica bajo la dirección de su tío, Antonio Verdejo, canónigo en aquella ciudad catalana, personaje ilustrado a cuyo domicilio acudían con frecuencia distintas personalidades de la vida cultural tarraconense, facilitó al estudiante el contacto con Antonio Martí Franqués, cuando este investigador catalán, de quien aprendería las primeras nociones de botánica, ya era conocido por sus experiencias sobre la fecundación de los vegetales, gracias a él, se aficionó tempranamente a la Botánica. También estudió medicina en Zaragoza, cuando ya había publicado la mayor parte de su obra botánica y recopilaba datos para escribir la Economía política de Aragón. Alumno de Palau, condiscípulo de Gómez Ortega, amigo de Cavanilles y de destacados botánicos extranjeros, realizaría, como figura máxima de la Ilustración aragonesa, una irrepetible labor científica y cultural. Después se marchó a continuar sus estudios de medicina a Valencia. Concluido el curso de 1799, recorrió gran parte de Andalucía y la Mancha, formó un gran herbario y acudió a Madrid para visitar el Jardín Botánico. Todavía siguió otro año en Valencia y al clausurarse la enseñanza de la medicina práctica en aquella Universidad, decidió continuar sus estudios en la Corte, efectuando el traslado a pie para herborizar a lo largo del trayecto. Allí en Madrid, sería discípulo de A. J. Cavanilles, botánico valenciano de gran prestigio al que ofreció su magnífico herbario formado por 4.000 especies, entre ellas dos nuevas gramíneas que fueron publicadas por aquél en el 6º tomo de los Icones. La impresión que Lagasca produjo en Cavanilles se demostró meses más tarde; designado éste Director del Jardín botánico, le nombró alumno pensionado, consiguiéndole después una comisión para recoger plantas y datos de geografía botánica destinados a la elaboración de una Flora Española. Tras la muerte de Cavanilles, ocurrida en 1804, y nombrado Zea nuevo director del Jardín Botánico. Lagasca continuó como ayudante sin interrumpir la divulgación de sus nuevos descubrimientos. En 1805 publicó en Variedades de Ciencias, Literatura y Artes, una serie de trabajos sobre los caracteres diferenciales de distintas especies, algunas de ellas nuevas para la ciencia. Describió también un tipo de trigo de grano vestido que denominó Triticum aragonense. Nombrado profesor de Botánica Médica en 1807, aplicó en sus lecciones, por primera vez en la enseñanza española, el método de familias naturales. Tras la invasión de los franceses, de 1808 y por indicación de Humboldt, José Bonaparte encargó a Lagasca la dirección del Jardín Botánico; como respuesta, el botánico huyó a Salamanca para alistarse en el ejército español que combatía a los franceses. El 13 de agosto envió una carta a Eusebio Bardají, diplomático aragonés que en 1812 sería nombrado Primer Secretario y Ministro de la guerra por las Cortes de Cádiz, en la que tras facilitar datos de interés militar, comunicaba sus avances botánicos. Nombrado Médico de los Ejércitos Nacionales, ejerció como tal en distintos hospitales. Combatió en Murcia la epidemia de fiebre amarilla durante 1811 y 1812, siendo el primero en declarar la existencia de la enfermedad y aprovechó su experiencia para escribir varios opúsculos tanto profesionales como de divulgación. En 1813 publicó Avisos saludables a los habitantes de Cádiz sobre el contagio de la fiebre amarilla y en 1821 dedicaría otro folleto similar a los habitantes de Barcelona. Varias academias de medicina, tanto españolas como del extranjero, reconocieron sus méritos profesionales. La continua dedicación a los enfermos no le hizo olvidar la botánica; sus proyectos preferidos, la Flora y la Ceres españolas, eran abordados tras el agotador trabajo profesional mientras que para la realización de herborizaciones aprovechaba las frecuentes marchas militares. En 1811, publicó en Orihuela el primer número de Amenidades Naturales de las Españas, célebre en la historia de la ciencia por la Disertación sobre un nuevo orden de plantas de la clase de las compuestas. El valor de este trabajo se refleja en los comentarios que Decandolle escribió en la colección de Memorias Botánicas, impresa en París en 1813. Terminada la guerra, regresó a Madrid donde pronto padeció viles calumnias levantadas por sus enemigos que le tachaban de afrancesado e irreligioso. Reuniendo certificados de sus servicios logró rehabilitarse ante el gobierno y obtuvo el nombramiento de Director del Jardín botánico. Restauró el establecimiento, que se hallaba en estado deplorable y siguió trabajando en sus dos obras favoritas, la Ceres, en colaboración con Clemente, y la Flora Española, a la vez que desempeñaba brillantemente sus tareas de profesor y director. Las condiciones políticas del trienio liberal (1820-1823) le abrieron la posibilidad de intentar materializar sus ideas referentes al progreso del país. Posiblemente a petición de su amigo y diputado Rojas Clemente, actuó como Asesor de la Comisión de Instrucción Pública en las Cortes de 1820 y 1821, trabajando en la elaboración del proyecto que dio lugar al Reglamento General de Instrucción Pública. El texto, que algunos consideraron impracticable por muchos años, disponía el carácter obligatorio y gratuito de la primera enseñanza, y establecía la uniformidad de estudios y el examen ante un tribunal formado por profesores de establecimientos públicos, admitiendo la existencia de enseñanza privada. Se implantaba la división de la enseñanza en sus tres grados: primaria, secundaria y universitaria y se prescribía la posición como único medio para ingresar en el profesorado. Públicamente, Lagasca insistió en sus tesis aprovechando el discurso de apertura de curso del Jardín botánico en 1821. Invadida España por “los cien mil Hijos de San Luis”, tuvieron lugar los trágicos sucesos sevillanos del 13 de junio de 1823 en los que Lagasca perdería para siempre lo más selecto de su herbario, biblioteca y todos sus manuscritos. Por Decreto, fueron declarados traidores y reos de muerte los diputados, entre ellos Lagasca, que habían votado a favor de la destitución de Fernando VII en la última sesión de cortes celebrada el 11 de junio. A través de Cádiz y Gibraltar, logró huir a Inglaterra con los liberales que salvaron la vida en la durísima represión que siguió al triunfo absolutista. El clima londinense no resultó favorable para sus afecciones respiratorias que degeneraron en catarro crónico, viéndose obligado a pasar a la isla de Jersey donde residiría desde 1831 hasta 1834. En esta isla desarrolló una notable labor científica y técnica; formó un herbario de fanerógamos y helechos, redactó un catálogo general de flora local y asesoró a algunos agricultores para que mejorasen sus cultivos; uno de ellos le escribiría a España, años más tarde, para agradecerle sus enseñanzas. El gobierno inglés que en principio había prohibido la importación a Inglaterra de cereales procedentes de Jersey, tras estudiar las muestras de granos obtenidos siguiendo los consejos del aragonés, no sólo revocó la prohibición sino que declaró a Jersey semillero nacional. De los numerosos liberales exiliados en Inglaterra, sólo Lagasca mantuvo una actividad creadora propia de su brillante pasado. Fallecido Fernando VII y dictada la amnistía por la reina María cristina, regresó a Madrid tras recibir honores a su paso por Francia. Las intrigas de sus enemigos no lograron impedir que fuera confirmado como Director del Jardín Botánico; no obstante, cansado y enfermo, a finales de 1838 marchó a Barcelona en busca de clima más favorable. El Obispo de Barcelona le brindó alojamiento y amistad y allí, a orillas del Mare Nostrum fallecía el 28 de junio de 1839 el botánico universal.

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Photo ofTorreón del Castillo de Sinascueva

Torreón del Castillo de Sinascueva

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Photo ofEscudos de la Orden de San Juan de Jerusalem

Escudos de la Orden de San Juan de Jerusalem

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Photo ofEntrada al parque municipal de la localidad

Entrada al parque municipal de la localidad

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Photo ofExterior Iglesia Ntra Sra del Mar

Exterior Iglesia Ntra Sra del Mar

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Photo ofSecadero Tienda Jamones de Encinacorba

Secadero Tienda Jamones de Encinacorba

https://jamonesdeencinacorba.com/ Avenida Banda de la Música, S/N 50470 Encinacorba (Zaragoza) Teléfono 976 621 607 Fax: 976 621 669 Email: j.encinacorba@hotmail.com Horario tienda Lunes a viernes 9’30 a 13’30h Sábados 9’30 a 12’30h

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Photo ofAntigua Bodega

Antigua Bodega

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Photo ofVistas desde el camino de la estación

Vistas desde el camino de la estación

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Foto

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Photo ofEstación de Ferrocarril de Encinacorba, declarado Monumento de Interés Local

Estación de Ferrocarril de Encinacorba, declarado Monumento de Interés Local

La Estación de Encinacorba pertenece a la línea del llamado ferrocarril del Caminreal que tenía como objetivo unir las localidades de Caminreal y Zaragoza. Este camino de hierro fue construido por la Compañía del Central de Aragón para unir el tramo Caminreal-Teruel-Valencia con la línea Zaragoza-Huesca-Canfranc para dar una salida a los cítricos de Valencia por una vía más rápida que la habitual hasta este momento. Se inauguró el 2 de abril de 1933. La Estación de Encinacorba es un conjunto de tres edificaciones, una principal y dos secundarias, destinadas la primera de ellas a viviendas y pabellón de viajeros, la segunda a muelle para la carga y descarga de mercancías y la tercera a servicios higiénicos. El edificio más destacado del conjunto enumerado es el destinado a vivienda y servicio de viajeros. Está formado por dos edificaciones anejas. Una de ellas, la vivienda, es de planta cuadrada, dos alturas y cubierta a cuatro vertientes mientras que la otra, el espacio dedicado al servicio de viajeros, es planta rectangular, una sola altura y cubierta a doble vertiente. Ambas presentan unos materiales constructivos similares: ladrillo encalado para los muros y ladrillo a cara vista con una función decorativa en los componentes estructurales como el zócalo, el friso y los dinteles de los vanos. Sin embargo, ambas construcciones exhiben alzados diferentes que indican sus disímiles funciones. De esta manera, el alzado principal de la vivienda se caracteriza por marcar en ladrillo rojo el eje vertical de entrada formado por la puerta principal adintelada y la caja de escaleras mientras que las dos viviendas, situadas a la derecha de esta entrada, se abren al exterior mediante vanos en arista viva con recercos en ladrillo. Los otros dos alzados de este edificio, el lateral y la fachada de las vías, son mucho más sencillos con la rítmica repetición de los vanos manteniendo su decoración en ladrillo. Un tratamiento diferente recibe el alzado principal del edificio de viajeros introduciendo un nuevo elemento, que da personalidad a la estación, como es el arco de medio punto de gran diámetro en sus vanos localizado en su centro subrayando visualmente, de esta manera, la entrada de los viajeros al hall de la estación, zona donde se procedería a la venta de billetes. A ambos lados de esta zona de entrada, diferentes habitaciones se abren con vanos adintelados recercados con ladrillo a cara vista, repitiendo el mismo tipo de vano y decoración ya descrito en el edificio anterior. La zona de la estación propiamente dicha se cierra con un pórtico en arco de medio punto en el que se han dispuesto asientos adosados al muro y construidos en ladrillo para favorecer el descanso de los viajeros durante las esperas hasta la llegada del tren. El alzado de este edificio hacia el andén se define por la continuidad del pórtico, cubierto y soportado por arcos de medio punto, que en unos casos descansan sobre pilares de planta cuadrada y en otros en columnas lavadas con cemento, introduciendo un nuevo componente decorativo ya que al color blanco de los muros y el rojo del ladrillo se le suma el color gris de las columnas. Este edificio además de albergar la expendería de billetes contenía las oficinas de la estación y varios talleres. El muelle de carga y descarga de la estación es una edificación de una sola altura y cubierta a cuatro vertientes, dos de ellas de gran desarrollo a base de una estructura metálica de cerchas que permiten su prolongación hacia el exterior. Su interior, diáfano y sin divisiones, conserva una báscula mientras que sus alzados exteriores repiten las características ya mencionadas anteriormente como son muros encalados en blanco, vanos adintelados con recercos en ladrillo a cara vista y zócalos y frisos destacados mediante el uso de ladrillo a cara vista. A esto, se añade el cuidadoso tratamiento del alzado a las vías del tren en el que la esquina es sustituida por una columna que soporta un arco de medio punto sirviendo éste de entrada al lavado y en el que un vano corrido y recercado en ladrillo, situado a la derecha del arco y localizado en la parte superior de la fachada, establece una continuidad entre ambos frentes y sirve de elemento de ventilación de su interior. Las estaciones de la línea del Caminreal fueron diseñadas por los arquitectos Luis Gutiérrez Sotos y Secundino Zuazo Ugalde, correspondiendo al primero los proyectos de las estaciones de Zaragoza y Caminreal y al segundo todos los demás hasta un total de 21 entre estaciones y apeaderos encontrándose la estación de Encinacorba. Secundino Zuazo Ugalde (1887-1971) fue un autor clave en la Historia de la Arquitectura española ya que logró definir un estilo propio caracterizado por un clasicismo puesto al día que se adecuaba a la realidad de su tiempo, a la función y a la materializaron de las modernas ideas de confort y higiene. Zuazo buscaba una arquitectura al margen de las modas pero con citas al pasado ya que consideraba que había que aprovechar la lección que éste nos brinda para resolver los problemas de la arquitectura moderna. Por eso, la estación de Encinacorba se caracteriza por fusionar la tradición con la modernidad. La primera la encontramos en el uso de los materiales con un protagonismo del ladrillo ya sea enlucido o a cara vista. El protagonismo de este material tuvo una larga tradición en la arquitectura aragonesa tanto en sus casas-palacio renacentistas y barrocas como en el mudéjar, elementos que singularizaron la aportación de la arquitectura aragonesa dentro de la arquitectura tradicional del resto del país. Las estaciones de esta línea no fueron los únicos trabajos de Secundino Zuazo en Aragón ya que destacó su participación en la redacción del Ensanche parcial de Zaragoza (1928-1931) incidiendo en la cita popular en el conjunto de viviendas unifamiliares levantadas en el entorno de la calle de Santa Teresa. Por lo tanto, la ideología arquitectónica presente en esta estación y en las demás diseñadas por Zuazo para la línea del Caminreal no constituyó algo ajeno al resto de su producción arquitectónica sino una parte más de la misma relacionada con sus preocupaciones en su búsqueda de una arquitectura atemporal en la tradición no debe ser desdeñada. En definitiva, el diseño de la estación de Encinacorba se enmarcaba dentro de la corriente arquitectónica más novedosa que en esos momentos se desarrollaba en España que buscaba una arquitectura moderna sin olvidar la singularidad del territorio expresada en las diversas manifestaciones de lo popular. Atendiendo a las particulares de la arquitectura ferroviaria aragonesa, en esta línea del Caminreal en la que se encuentra la estación de Encinacorba, hallamos otra serie de características que singularizan tanto a esta estación como al resto de la línea del panorama arquitectónico ferroviario aragonés. Uno de los elementos más importantes a la hora de construir una estación de tren era su arquitectura que se resumía en la elección de la tipología y del estilo más adecuado para que el edificio fuera funcional y transmitiera una imagen de empresa. Así, pronto las estaciones se clasificaron en función de su posición en la línea y de la magnitud de la ciudad en la que se encontraban. Por ello se hablaba de estaciones de cabeza de línea, de término y de paso. Además, estas últimas se clasificaban en categorías y había estaciones de primera, de segunda, de tercera o de cuarta clase. La combinación de ambas divisiones llevó a las compañías a diseñar estaciones tipo que se levantaban sin diferencias estilísticas, producto de aplicar al mundo de la arquitectura los conceptos de modular y estandarizado característicos de la arquitectura industrial y de la sociedad que surge de ella. La arquitectura ferroviaria forma parte del Patrimonio Industrial entendido como el conjunto de bienes relacionados con la producción, que son testigos y objeto de una era pasada y que tiene como valor añadido ser el protagonista de una gran revolución social y económica que cambió la sociedad hasta convertirla en la sociedad pos-industrial que es en estos momentos. La mayor virtud del patrimonio industrial reside en su carácter antropológico pues es el testigo de una época y de unos modos de vida distintos a los de las épocas preindustriales. De esta manera, su importancia reside en su implantación y su impacto en el lugar donde se asiente. Sin duda, la localidad de Encinacorba tiene una pieza destacada y singular del patrimonio industrial aragonés y español. Bibliografia. BIEL IBÁÑEZ, Pilar, Zaragoza y la industrialización: La arquitectura industrial en la capital aragonesa entre 1875-1936, Zaragoza, Gobierno de Aragón e Institución Fernando el Católico, 2004. FERNÁNDEZ CLEMENTE, Eloy, Historia del ferrocarril turolense, (Col. Cartillas Turolenses, 10), Teruel , Instituto de Estudios Turolenses, 1987. MARTÍN RAMIREZ, Ignacio María, ·”Las estaciones del ferrocarril Zaragoza-Caminreal, vistas por sus autores los arquitectos Luis Gutierrez Soto y Secundino Zuazo Ugalde”, en Rev. Artigrama, nº 14, 1999, pags. 99-108. URRUTIA, Ángel, Arquitectura española. Siglo XX. Madrid, Cátedra, 1997.

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Estación de Ferrocarril de Encinacorba, declarado Monumento de Interés Local

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Estación de Ferrocarril de Encinacorba, declarado Monumento de Interés Local

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Estación de Ferrocarril de Encinacorba, declarado Monumento de Interés Local

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Estación de Ferrocarril de Encinacorba, declarado Monumento de Interés Local

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Estación de Ferrocarril de Encinacorba, declarado Monumento de Interés Local

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Photo ofIntersección entrada a Encinacorba

Intersección entrada a Encinacorba

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Peirón de la entrada

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Mural de la Comarca

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Bar Casino

Gestionado por al Asociación del Casino Cultural, es un lugar muy interesante para deleitar ricas tapas y pasar un momento agradable entre amigos. Teléfono de contacto: 643344037/976621872

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Photo ofCasa de Cultura

Casa de Cultura

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Photo ofEdificio de interés arquitectónico

Edificio de interés arquitectónico

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Photo ofAyuntamiento

Ayuntamiento

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Photo ofArco de Santa Cruz

Arco de Santa Cruz

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Photo ofPanel con información de interés

Panel con información de interés

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Photo ofAntigua fuente y abrevadero

Antigua fuente y abrevadero

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Ermita de Santa Quiteria

Es obra del siglo XVI, de una nave cubierta con techumbre de madera con alfarjes del siglo XVI, de labor gótico tardío, con tres arcos diafragma apuntados, al exterior presenta una galería corrida con arcos abocinados de medio puntos sobre cornisa de ladrillo.

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Photo ofVistas desde la Ermita de Santa Quiteria

Vistas desde la Ermita de Santa Quiteria

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Photo ofEncinacorba vista panorámica

Encinacorba vista panorámica

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Photo ofEn el alto, ermita de la Santa Cruz

En el alto, ermita de la Santa Cruz

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Lavaderos

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Fuente

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Peirón

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Photo ofPaneles con información de diferentes recorridos

Paneles con información de diferentes recorridos

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Photo ofCasa donde nació Mariano Lagasca

Casa donde nació Mariano Lagasca

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Photo ofCasco urbano

Casco urbano

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Photo ofDetalle parte trasera de la Iglesia

Detalle parte trasera de la Iglesia

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Photo ofEscaleras de acceso a la Iglesia, donde se danza La Bajadica Photo ofEscaleras de acceso a la Iglesia, donde se danza La Bajadica

Escaleras de acceso a la Iglesia, donde se danza La Bajadica

Más información sobre el Dance de Encinacorba: http://etno.patrimoniocultural.aragon.es/somerondon/encinacorba/dance.htm

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