Galeria de la Rigueiriña - Pradela

Aunque solo grabamos la ruta de regreso, nuestra salida fue desde Pradela y regreso.

RUTA:
Pradela - Galeria de la Rigueiriña
Distancia: 2 Kms (4 I/V).

" Sabemos que no somos los primeros. Tampoco los ultimos en visitar la galeria, pero alguno ya ha dejado su firma en la pared, en las rocas. RESPETEMOS este entorno natural". La mejor firma de nuestra visita es la que no se ve.
En los años 70, ya era conocida la galeria por los maestros de Pradela que organizaban excursiones con los alunnos.

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Salimos de la Iglesia parroquial por el camino del cementerio.
A nuestro paso encontramos vecinos que están limpiando los castaños (…aunque en vez de quemar los rastrojos se los echan al vecino de por bajo del camino…).
Un poco más adelante encontramos unas 20 vacas y 4 pequeños terneros en uno de los prados del pueblo.
Encontramos multitud de pequeñas flores que esta época empiezan a florecer. En los montes se puede percibir el brezo con todo su colorido.
En la primera intersección que encontramos, debemos coger el camino de la izquierda, que nos llevara al rio.
Llegamos a una nueva intersección. Cogemos también hacia la izquierda.
El agua abunda por las regueras del entorno.
Otra intersección. Esta vez continuamos recto (ligueramente hacia la derecha)
Un poco más adelante percibimos un prado a nuestra derecha, tapado unos pocos robles. Llegando a una nueva intersección con un camino casi oculto. Un montón de piedras (similar a las que encontramos en el camino de Santiago), nos indican que debemos salir del camino hacia la izquierda.
Unos 100 mts más arriba, encontramos la Galería de la Riguieriña.
Tiene un buen acceso, mermado por la caída de piedras antaño. Entramos con cuidado, ya que hay humedad y se puede resbalar. Al fondo un remanso de agua cristalina. Muy limpia.
Las paredes y el techo de roca un tanto rojiza, que recuerda una pequeña catedral….A final se percibe que la galeria aun tiene recorrido....
Ha merecido la pena venir a conocerla.
Disfrutamos, la fotografiamos para el recuerdo y regresamos a Pradela, no sin antes de colocar una piedra en aquel montón de piedras que ayudo a encontrar el camino final (aunque no a todo el mundo le gusta este tipo de montículos de piedras…).