Gorgas y Ermita de San Julián

Hoy vamos a visitar otro de esos pequeños rincones que nos ofrece la Sierra de Guara, las Gorgas y la Ermita de San Julián de Adriá.

La ruta se puede iniciar desde el mismo pueblo de Nueno o bien como hicimos nosotros, desde la parta alta de la urbanización del parque de Golf de Guara, donde llegamos rodeando el campo por su parte derecha, allí tenemos sitio para dejar el coche a los lados del ancho camino.

Empezamos la ruta por el camino que se introduce entre la carrasca, a unos 300 metros, tenemos que coger el desvío señalizado hacia la derecha.

Siguiendo por la ancha pista, llegará un momento que encontramos un cartel indicando el camino que ahora se hará más estrecho.

Continuamos 20 minutos por la senda que va acercándonos a la sierra de Gratal a la vez que vamos ganando altura muy poco a poco.

Cuanto más nos acercamos al barranco de San Julián más impresionantes se hacen los farallones que rodean el barranco.

La vegetación de monte bajo que nos acompañaba hasta ahora, va dando paso a las carrascas y la espesa vegetación donde encontramos el desvío hacia la ermita de San Julián, que vamos a dejar para la vuelta.

La senda se hace ahora un poco más estrecha según vamos ganando altura. El barranco se va encogiendo cada vez más, hasta que llegamos al estrecho paso de las Gorgas de San Julián.

Allí podemos ver el lugar de reunión donde los habitantes de Lierta acuden en romería el primer día de Pascua.

Aún podemos seguir adentrándonos un poco entre las paredes de conglomerado, hasta que el desfiladero se cierra donde brota un manantial de agua cristalina.

Ahora toca regresar sobre nuestros pasos hasta el desvío que marcaba el camino hacía la Ermita para bajar al fondo del barranco y cruzarlo por el pequeño terraplén que nos permite el paso.

Ya solo nos queda seguir ascendiendo por el sendero que nos llevará a la explanada donde se encuentra la Ermita que nos depara una última sorpresa en su interior.

Los orígenes de esta Ermita son desconocidos, la tradición nos dice que en el Siglo V se generalizó en el altoaragón un tipo de vida anacoreta en retiros espirituales, se cree también que este fue un enclave mozarabe donde los cristianos obtenían refugio durante el Siglo XI

El camino de regreso lo podemos hacer deshaciendo el camino de ida o bien continuando por este lado del barranco haciendo un recorrido circular. Esta parte del camino está menos transitada y hay que estar atentos a la senda para no salirnos de ella, llegará un momento que cruzaremos el barranco de Fenés.

El sendero continua entre los campos hacia las dos lomas redondeadas en donde el camino se convertirá otra vez en una ancha pista que tendremos que seguir de bajada. Tomamos el último giro a la izquierda para volver por el llano a nuestro punto de partida.