La Garcipollera, de Villanovilla a Sta. María de Iguácel

Itinerario (ida y vuelta): Villanovilla (950 m) – Acín (1000 m) – cruce camino de Larrosa (1045 m) – cruce GR-15 a Acumuer (1120 m) – Ermita de Sta. María de Iguácel (1195 m).

Tiempo efectivo: 2h15’

El valle de la Garcipollera es un pequeño valle, recogido y discreto, que se sitúa al norte de Jaca yendo en dirección a Canfranc por la N-330. Fue despoblado en los años 50 del pasado siglo con motivo de la construcción del pantano de Yesa para evitar su colmatación por el alto aporte de sedimentos arrastrados por las avenidas del río Ijuez que lo surca (en la cabecera del valle se acumulan grandes depósitos morrénicos). Como parte de las actuaciones que se llevaron a cabo el valle fue extensamente repoblado por el ICONA con bosques de pino y además se convirtió en una reserva de caza para proteger su hábitat, destacando la reintroducción del ciervo. En la actualidad uno de los antiguos núcleos, Villanovilla, vuelve a estar habitado y existe una granja experimental de la Diputación de Aragón entre los restos del pueblo de Bescós de Garcipollera. El entorno está muy bien preservado y se respira una gran apacibilidad, ideal para paseos y excursiones por sus bosques.

El acceso al valle de Garcipollera se hace desde la localidad de Castiello de Jaca, tomando la carretera a la derecha que cruza el río Aragón. Tras 6 quilometros dejaremos el vehículo en el desvío a Villanovilla (zona de aparcamiento al lado de una hípica). Todo el recorrido es por pista forestal sin asfaltar (apta para turismos pero realmente vale la pena conocer este valle a pie) y al inicio de la misma (junto a la barrera) encontraréis unos paneles explicativos sobre la historia del valle.

En el primer tramo el camino resigue el río Ijuez por su margen derecho, con algunos prados entre medias donde se pueden ver las vacas retozar al sol. Cuando llevamos apenas 2 km, se pasa a la vera de las ruinas de Acín, pudiéndose contemplar los restos de su iglesia, con una impresionante bóveda en piedra seca que todavía se sostiene parcialmente entera. Existe un área de recreo en la misma zona. Más adelante se cruza el río Ijuez por un amplio vado y la pista sigue remontando suavemente por su margen izquierdo. Se deja a la derecha el camino que sube a las ruinas de Larrosa, uno más de los antiguos pueblos del valle hoy en completa ruina; y más adelante se vuelve a dejar a la derecha una pista que se dirige hacia Acumuer y señalizada con marcas del GR-15. En poco más de 20 minutos llegaremos a la Ermita de Sta. María de Iguácel, cruzando de nuevo el río Ijuez por otro vado. Aquí podremos contemplar de cerca las grandes acumulaciones de roca arrastradas por el río en sus crecidas. Como comentábamos más arriba se trata de antiguas morrenas glaciares, pues este valle es de origen glaciar (hay un panel explicativo sobre la geología del valle). Al fondo y al norte podemos ver como se cierra el valle a los pies de los picos de Bacún, relieves de formas suaves y alomadas en cuyas partes altas el bosque da paso a las praderías de alta montaña.

La ermita se encuentra en uno de esos rincones bucólicos donde el tiempo parece detenerse. La presencia recia e inmemorial de esta bella ermita románica (s. XI) invita al descanso y solaz.

Paseo en familia con Joana y Eloi i Núria, Ernesto y Vik durante una gran semana de vacaciones en Villanovilla.