Luarca Monumental. Anthercas

Partimos desde el Parking 2 a la izquierda por la carretera AS-219, paralelos al río Negro, dejamos atrás el parking también gratuito de la Curtidora; continuamos desde el cruce por la NA-634, vemos una de las 7 casas de indianos que posee Luarca, se trata de la Casa Guatemala o Villa Tarsila, única que se encuentra en el núcleo urbano; construida entre 1893 y 1894, de estilo ecléctico neorrenacentista; destacan las pinturas de los techos, su doble nombre se debe a Tarsila esposa del propietario D. Ramón Rodríguez Avello, y Guatemala, país donde amasó su fortuna. Ahora pertenece al Instituto Nacional de la Seguridad Social.

Cruzamos el primer puente sobre Rio Negro, poco más adelante torcemos a la izquierda por la Plaza de los Pachorros a la Plaza Alfonso X el Sabio, con el edificio ecléctico del Ayuntamiento y el Palacio de la Gamoneda, del siglo XVIII, se encuentra la exposición permanente dedicada a Severo Ochoa, Premio Nobel de Medicina y oriundo de Valdés. A través de fotografías y proyecciones, se hace un repaso por la vida del científico y de su mujer Carmen. Cada año, el Ayuntamiento de Valdés organiza en este centro la Semana de la Ciencia, dirigida por Margarita Salas, una de sus discípulas; también nos recuerda un cartel, la Vaqueirada, que se celebra cada año el último domingo de julio en la braña de Aristébano, entre Tineo y Valdés. Los Vaqueiros eran pastores trashumantes, que pasaban el verano en las brañas con el ganado, aprovechando las zonas de pasto de los puertos de montaña, en invierno regresaban a sus pueblos con el ganado, grupo endogámico y hermético, desarrolló una cultura y folclore muy singular; esta etnia habita sobre todo en el occidente de Asturias.

Cruzamos el segundo puente sobre el Río Negro pasando por la bonita Plaza de "Carmen y Severo Ochoa" ya que aquí se encuentra la casa donde nació el premio Nobel; salimos al Paseo del Muelle donde la animación festera está en su apogeo, ya que del 13 al 15 de agosto se celebra la Fiesta del Rosario, se inician con "La Sardinada" (reparto de sardinas y sidra) y verbena en la Llera; al día siguiente, 14 de agosto coincidió con nuestra llegada, los Juegos Náuticos en el puerto y verbena al anochecer; finalmente, el 15, coincidiendo con la pleamar, procesión marinera, en la que toda la flota pesquera acompaña a la Virgen del Rosario en paseo por la costa.

Echamos un vistazo desde el largo espigón portuario y ascendemos por las escaleras junto al varado barco de Salvamento de la Cruz Roja, vemos el homenaje a Severo antes de girar por asfalto junto al pequeño museo al aire libre de la Batería Artillería de Costa, algunos procedentes de bolaños o amarres.

Rodeamos el El faro de Luarca situado en la Atalaya, antiguo fuerte defensivo entre los siglos XVI y XVIII, en la punta Focicón/Encoronada, data de 1860, consta de vivienda para el farero y torre de sección cuadrada, se asienta sobre una base prismática; al pie de la Atalaya surgen los primeros núcleos de pescadores de Luarca en el barrio del Cambaral; en el siglo X los hombres del gremio de mareantes se reunían en los alrededores del actual faro y se encendían fuegos para orientar las embarcaciones. Hacia el siglo XIV ya hay noticias de la ermita de Atalaya en la que los marineros pagaban una luz que se encendía en el campanario y hacía las veces de faro hasta 1850 en que el Estado levantó uno de aceite en una torre circular.

Echo un vistazo al hermoso cementerio marino, donde se encuentran los restos mortales de Severo Ochoa de Albornoz (1 de noviembre de 1993), premio Nobel de medicina, y de su mujer Carmen, se contempla una panorámica espectacular de la costa occidental asturiana; seguimos bajando por el barrio del Cambaral, donde las casas escalonadas, con una arquitectura pintoresca, ofrecen la estampa popular de un barrio marinero por el que no parece haber pasado el tiempo; lleva este nombre gracias a Cambaral, pirata berberisco, que fue hecho prisionero, cargado de cadenas y conducido a la fortaleza de La Atalaya, donde enamoró a la hija del señor de Luarca mientras le cuidaba de sus heridas; intentaron huir; pero, loco de ira, el padre decapitó a ambos en el muelle cuando se daban el último beso, rodando sus cabezas justo donde años después se levantaría el llamado Puente del Beso.

Pasamos junto al monumento Mesa de Mareantes, consta de una mesa de pizarra tras la que se sitúa un mosaico semicircular con 14 paneles de cerámica de Talavera, escenifica una reunión de maestres de naos del siglo XV. En el lienzo de la muralla, narran episodios históricos y legendarios de la historia de la Villa de Luarca desde el siglo IX al XIX. Se completa el conjunto con unos versos grabados del poeta José María Uncal, que evocan el recuerdo a las víctimas de la mar así como un cañón y un ancla.

Descendemos por las estrechas callejuelas de vuelta al Paseo del Muelle, pasamos junto a la iglesia Parroquial de Santa Eulalia, de origen medieval; de la primitiva construcción no queda nada, al destruirse por completo para levantar el actual templo entre 1873 y 1879. Con una pequeña variante sobre la ida alcanzamos el aparcamiento final.

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