Luarca - Villar de Luarca
near Luarca, Asturias (España)
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Trail photos
Itinerary description
Luarca es la única de toda Asturias flanqueada por dos miradores y dos capillas: la blanca, al este, y la de San Roque al oeste, y la que tiene el cementerio más bello de todo el Cantábrico.
No te lo puedes perder... así que salud, y a disfrutar de la ruta.
Waypoints
Paseo de Marchica
Es el paseo marítimo de la localidad, un lugar para pasear e idóneo para disfrutar de la llegada a puerto de los pescadores que regresan de faenar, así como de disfrutar al atardecer de una espectacular puesta de Sol.
La Rula
Conocido también como lonja de pescadores, es donde se realiza la subasta diaria del pescado capturado la mar. Algunas veces permite presenciar en directo el funcionamiento e incluso ofrecen visitas guiadas para adentrarse en la historia, los rincones y los oficios vinculados al mar.
Faro de Luarca
El faro de Luarca se encuentra situado en la Atalaya, en la punta Focicón, cerrando la ensenada del puerto por oriente, a unos trescientos metros de la villa de cuyo trazado urbano se puede decir que forma parte.Se encuentra dentro del conjunto formado por la capilla de la Atalaya, el cementerio y restos de la muralla defensiva del siglo XVI. Data de 1860 y consta de vivienda para el farero y torre que se inserta en ella por el lado oeste, posteriormente se añaden nuevas edificaciones en el lado este. La vivienda tiene base cuadrada con una sola planta con desván y buhardilla en el lado este, fábrica de mampostería revocada y pintada con sillares de granito en zócalo, reborde de huecos, esquineras y cornisa. Los vanos adintelados se enmarcan con sillares de granito con molduras. En el lugar donde se asienta el faro, denominado la Atalaya, existió un antiguo fuerte defensivo entre los siglos XVI y XVIII que tenía a su cargo la defensa de la villa, muy codiciada por franceses e ingleses. Es precisamente al pié de la Atalaya donde surgen los primeros núcleos de pescadores de Luarca en el barrio del Cambaral y en las estribaciones de La Carril. Por el siglo X los hombres del gremio de mareantes se reunían en los alrededores del actual faro y se encendían fuegos para orientar las embarcaciones. Hacia el siglo XIV ya hay noticias de la ermita de Atalaya en la que los marineros pagaban una luz que se encendía en el campanario y hacía las veces de faro hasta 1850 en que el Estado levantó uno de aceite en una torre circular.
Ermita de la Atalaya
Situada en una privilegiada situación, sobre un promontorio que sirvió de baluarte defensivo de los ataques provenientes del mar, según don Jesús Evaristo Casariego pudo haber sido construida por primera vez en el siglo XIII, aunque sufrió diversas remodelaciones en siglos posteriores, especialmente en el XVIII, promovida por el obispo Rafael Tomás Menéndez de Luarca.
Cementerio de Luarca
En el cementerio costero de Luarca, uno de los más bonitos de España, siempre mirando al mar se encuentran los restos mortales de Severo Ochoa de Albornoz, premio Nobel de medicina, y de su mujer Carmen. Severo Ochoa murió el 1 de noviembre de 1993.
Mesa de los Mareantes
Una mesa de pizarra tras la que se sitúa un gran panel semicircular, realizado por el escultor y pintor asturiano Goico Aguirre, muy vinculado a Luarca, que escenifica una reunión de maestres de naos del siglo XV. En el lienzo de la murralla se ubican 14 paneles de cerámica de Talavera, elaborados a partir de las acuarelas de Gerardo Ortiz Alfau, que narran episodios históricos y legendarios de la historia de la Villa de Luarca desde el siglo IX al XIX. Se completa el conjunto con unos versos grabados del poeta José María Uncal que evocan el recuerdo a las víctimas de la mar así como un cañón y un ancla.
Puente Nuevo y Rio Negro
Cruzando el puente Nuevo sobre el río Negro encontramos el Ayuntamiento y el Kiosko de la música, ambos del año 1912. En la plaza está el escudo Real que estuvo en la antigua casa consistorial en el año 1777 y el monolito donde está grabado el Fuero otorgado por Alfonso X, del que la plaza recibe su nombre.
Río Negro
El río Negro nace en El Sellón, en el concejo de Villayón y desemboca en el Mar Cantábrico, en la playa de Luarca, tras un recorrido de 11,7 km.
Mirador de Pescadería
En lo alto del barrio de Pescadería, entre las ultimas casas tenemos este mirador que nos que nos antecede de las vistas sobre Luarca que disfrutaremos en los siguientes miradores.
Mirador de Chano
Paseando por él, se puede observar las playas, el puerto, y la zona centro de la villa. Éste mirador ofrece unas fabulosas vistas nocturnas. Se puede acceder a pié, a través del barrio de "La Pescadería"; o bien en vehículo desde la población de El Chano. Además, en el paseo de este mirador, se encuentra la Ermita de San Roque.
Mirador de la Peña
Descendiendo por la calle Peña del barrio del Chanu ya de camino de nuevo al centro de Luarca, nos encontramos con este singular mirador que nos ofrece una vistas diferente de la ciudad.
Puente Pilarín
Puente Pilarín o puente de los Peregrinos, es el paso secular del camino real de la costa y por ello rememora en su nombre el trasiego de peregrinos desde tiempos pretéritos.
Plaza Carmen Severo Ochoa
En el centro de la villa. En la Plaza de "Carmen y Severo Ochoa" se encuentra la casa donde nació el premio Nobel.
Puente del Beso
El “Puente del Beso”, es uno de los siete puentes que atraviesan la bella villa marinera y, alrededor de él se cuenta una leyenda romántica que tiene como protagonistas a dos enamorados. En la leyenda de esta localidad costera asturiana solo se habla del “señor de la fortaleza”, conocida como La Atalaya, que tendió una emboscada a un pirata berberisco de (crueldad extrema) llamado Cambaral (o Camboral). Haciéndose pasar por pescadores, los guerreros del señor de la fortaleza lograron apresar al temido saqueador, al que encerraron, cargado de cadenas, en las mazmorras de La Atalaya. La hija del señor, una bella doncella de espíritu generoso y gran corazón, según cuentan en Luarca, bajó a la celda a curar las heridas del pirata y fue verse, siquiera entre las sombras, para que surgiera entre ellos el más puro amor. Ambos huyeron hacia el puerto, pero en el último momento, el señor de la fortaleza los sorprendió. Conscientes del final de su aventura, los enamorados se abrazaron y se besaron con tanta pasión que el señor de Luarca, loco de ira, cortó sus cabezas de un solo tajo. Dicen que cayeron al río unidas para siempre en un beso, en el mismo lugar donde años después se levantaría el puente al que bautizaron así, puente del beso. Son muchos los que comentan que, cuando cae la noche, la luna llena brilla con mucha intensidad y se escuchan palabras de amor que vienen del mar.
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