Mojácar: a la Torre del Pirulico pasando por el Castillo de Macenas

Estamos pasando el puente en la playa de Mojácar. Es la tarde del día 30 y el cielo está nublado así que nos decidimos a dar un paseo por el borde del mar. Ahora sí, como la cabra tira al monte, empezamos a andar y al final hicimos unos pocos kilómetros, aunque no lo habíamos pensado. 

Iniciamos la andadura en la punta de El Cantal y tomamos dirección sur, como se ha dicho antes por el borde de la playa. Al principio, vamos andando por el borde de la carretera, cuando llegamos a Las Ventanicas, tomamos el paseo marítimo. Vamos disfrutando del entorno y pasando por las diferentes playas de la zona. 

Llegamos a la Playa Venta del Bancal, en la cual se terminan las edificaciones. Como he dicho antes, aunque no lo teníamos en mente, seguimos con la andadura con la intención de llegar hasta el Castillo de Macenas. Seguimos por la Colada de Vera. Nos adentramos en un sendero de pequeño recorrido que, en un principio, discurre al lado de la playa por una zona de vegetación, pero que enseguida empieza a ascender por un muy bonito sendero por el borde de la Sierra de la Mena. Abajo, se pueden ver diferentes pequeñas e inaccesibles pequeñas playas. Nos sorprende la hermosura de la zona. Pasamos por un pequeño puente de madera justo al lado de la Mina de la Mena. Desde aquí, iniciamos un descenso hasta llegar a la Playa de Macenas o de Bolmayor. 

Tenemos a nuestro alcance el Castillo de Macenas. Llegamos a él enseguida y nos encontramos con que se encuentra rodeado de autos y de caravanas. Más allá vemos la Torre del Pirulico y, como no, decidimos ir a la misma. Nos encontramos con una inesperada sorpresa, un escondido chiringuito en el camino. Ni que decir que paramos una media hora para refrescarnos en el mismo (por dentro y por fuera, por supuesto). Una vez refrescados retomamos la andadura. Ahora vamos por una pista de tierra. Al cabo de aproximadamente un kilómetro llegamos a la torre. Subimos hasta arriba por una empinada escalera de hierro por fuera y por una escalera de piedra por dentro. 

Estamos unos minutos en la torre para después iniciar la vuelta por el mismo camino por el que hemos venido. 

Un paseo que se ha convertido en una pequeña ruta. 

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Época recomendada: primavera, otoño e invierno.