Murallas de Jayram - Cerro San Cristóbal y entrada a Al- Haud, (La Hondonada)

INTRODUCCIÓN:




Toca en esta ocasión hacer una visita cultural por uno de los sitios mas desconocidos para los almerienses. Aunque veamos altiva nuestra fortaleza "La Alcazaba" en este recorrido nos daremos cuenta de que hay mucho mas oculto por sus inmediaciones. Nos adentramos de la mano de "La Asociación Cultural La Chanca Pescaderia a Mucha Honra-Almeria" y sus guías con Jose Campoy a la cabeza en un mundo que nos transportara a otro tiempo y otro lugar. Gran obra la realizada por esta asociación dando a conocer el patrimonio artístico y cultural de todos los almerienses.

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FICHA DE LA RUTA:



Distancia: 04,20 kilómetros.
Dificultad: Fácil.
Duración: 02 horas 50 minutos de las cuales 00:51 minutos en movimiento.
Tipo de camino: Camino, Sendero, Pista, Campo a Traves .
Altura mínima: 24 metros.
Altura máxima: 92 metros.
Ganancia altitud: 65 metros.
Perdida altitud: -65 metros.




DESCRIPCION DE LA RUTA:




El objetivo y recorrido de la Ruta es conocer el lienzo de Muralla que mandó construir el rey de origen eslavo Jayram y entender su conexión con un todo, el que forma con la fortaleza Alcazaba y resto de murallas que cercaban la ciudad en tiempos islámicos, califales y de taifas. Se subirá por la Calle Antonio Vico, hasta el impresionante y altivo Cerro de San Cristóbal, atalaya a oriente y norte de la ciudad, que hasta hacía temer a los residentes del gran castillo por su gran altura, por encima de sus cabezas. Allí vigila perenne una estatua del Sagrado Corazón, que veremos en todo su alrededor. Conoceremos los estragos del tiempo y la desidia en su cuidado de las Murallas por su parte norte, que contiene la puerta de acceso más antigua del recinto fortificado. Llegarán al visitante los ecos de tambores y excitación de tropas cristianas del rey Jaime II, que en el 1309 probó con armas de guerra y hombres suficientes, la conquista de la ciudad, y que hubo de rendirse ante una hazaña imposible. Allí quedan los restos del daño y de otras torres de defensa de los propios asediadores. Siete meses duró el intento baldío, pues llegó la retirada forzosa. Pero la batalla más importante de la cual queda la huella en estos torreones, fue la de 1.147 por el rey Alfonso VII, que ayudado por pisanos y genoveses, conquistó la ciudad durante 10 años y cedió el espacio a la Orden batalladora del Temple, que construyó la capilla primitiva de San Cristóbal. Fue un período donde la Almaryya almohade perdió su hegemonía cultural y económica.
Nos adentramos después en las construcciones del Cauce San Indalecio, a modo de círculo entre las montañas que rodean el valle de la Hoya. Es un camino pedregoso pero arbolado, con alguna encina inesperada en estos paisajes tan cercanos al mar. Se vuelve a entrar, tras admirar la cara norte de la Alcazaba y su parque animal de gacelas en reserva, a la zona urbana de calle Chamberí. Bajando por la curva de las Pedrizas, veremos de cerca los majestuosos torreones maltratados del lienzo de la Muralla bajante de la Alcazaba. Pasando por el Reducto, se finaliza en la explanada del inacabado Edificio Nuevo Mesón Gitano, para que cada uno conozca y juzgue por sí mismo. Terminado, acabado, en obras, con restos o no de ciudad andalusí del siglo XII, con plantas recién plantadas secas, ocultador de la Alcazaba, necesario, prescindible…? Muchas preguntas a las que dar respuesta en esta visita, o no. Juzguen ustedes. Rodear la Alcazaba debía ser cuestión de un rato, como por ejemplo si se pudiera atravesar la muralla de la Hoya, y pasear entre la Reserva y caminar por el barrio proyectado por el arquitecto Trinidad Cuartara, Chamberí. De momento, nada de esto es posible. Demos un rodeo, pues, y admiremos un círculo mayor. El de las Murallas de Jayram, Cerro San Cristóbal y entrada a Al- Haud, la Hondonada que guarda el mar.