Navacerrada, ruta 16 Dehesa de La Golondrina, Cerro de la Golondrina, Cerro de las Ruedas

Tipo de Ruta: Circular -- Dificultad: Baja (IBP: 41) -- Recorrido: 7,7 km -- Ciclable: SI*
Tiempo Total: 2:35 horas -- Tiempo en Movimiento: 2:04 horas
Altitud mínima: 1150 metros -- Altitud máxima: 1387 metros
Desnivel positivo: 322 metros // negativo: 322 metros // acumulado: 644 metros
Fuentes: SI -- Sombras: 40% -- Recomendada: todo el año
Realizada: 02-01-2018 -- Señalizada: NO

Paseo que se inicia a la entrada de la Dehesa de la Golondrina, junto a la rotonda de la ctra N-601 km-10,9; donde hay aparcamiento para un par de coches.

Cruzada la puerta, el camino sube por la izquierda hacia la Ermita de San Antonio y el Campo de Tiro, Nosotros seguimos de frente, vemos el panel informativo y un jalón que indica la senda que discurre por la vaguada y junto al Arroyo de la Golondrina; el cual vadeamos. Vemos la Fuente de los Cabreros y remontado el vallecillo, entroncamos con la pista.

Continuamos por ella que pasa por el Collado de la Fuente del Buey, donde está el Mirador de la Dehesa; con un panel informativo y una buena vista de la sierra. A continuación sale a la diestra una vereda que seguimos para ascender al Cerro de la Golondrina (1h – 2,38km – 1.393m); punto más alto de la ruta. Dando un giro de ciento ochenta grados y tras el rastro de otra senda, bajamos a la pista; la cruzamos y vamos en busca del Cerro de las Ruedas.

Subimos hasta la caseta de vigilancia y disfrutamos del buen mirador; del Este al Oeste, pasando por el Sur; donde destaca el Embalse de Navacerrada.
Desandamos un poco y virando a derecha, atravesamos el robledal, reencontrándonos otra vez con la pista; donde vemos al otro lado la Fuente de los Rasos y proseguimos bajando hasta la bifurcación.

Hacemos una pequeña inspección de reconocimiento hasta topar con un muro de piedra; donde damos la vuelta y regresando junto a él, llegamos a la Ermita de San Antonio y habiendo dejado a la izquierda las instalaciones del Campo de Tiro.
Para terminar solo queda bajar por el estupendo camino ¡eso si! Sin confiarse, pues suben vehículos y por lo menos el que se cruzo con nosotros, el conductor no piensa en que pueden haber caminantes.