Necropolis de San Vitor (San Lourenzo de Barxacoba 2020-08-28)

De fácil acceso es una visita casi obligada en la Ribeira Sacra. Se sabía que en San Vítor existía una capilla desaparecida en el siglo XIX. En las excavaciones arqueológicas realizadas en el entorno, se descubrió una necrópolis fechada entre los siglos IX y X con sepulcros antropomorfos orientados este-oeste. Se distinguen dos sectores: el norte y el sur.

En el sector norte, hubo una preparación del terreno allanándolo para luego excavar las tumbas de una forma más ordenada. Se conservan algunas tapas originales y todavía se pueden ver alrededor de los sepulcros los encajes hechos en la roca para asentar la tapa. Destaca en este sector, una tumba de 2,5 metros de longitud, agrandada al excavar un sepulcro sobre otro, coincidiendo los pies de la segunda con la cabeza de la primera. Los difuntos se envolvían en un sudario, posiblemente con una cobertura de tierra y a continuación las tapas eran colocadas transversalmente.

En el sector sur, las tumbas aprovechan la disposición de la roca y distribuyen en abanico. Los sepulcros más claros son los del centro, bien excavados y alguno bastante profundo.

Al otro lado de la explanada, se eleva una gran roca con la superficie totalmente llana. Sobre ella se situaba la capilla de San Vítor, desaparecida a mediados del siglo XIX. El acceso a la parte superior se realizaba por la parte sur, donde antiguamente había unos escalones de piedra. A media altura se encontraba el corredor por el que se accedía y que debió de estar cubierto con losas. En la parte superior de la roca se puede ver que la superficie está aplanada artificialmente. Conserva las marcas de los cimientos de la capilla, destruidas parcialmente cuando se colocó una de las torretas del tendido eléctrico. La capilla no debió de medir más de 12 m². Alrededor del penedo hay otras cuatro tumbas. Destaca la del extremo norte en la que aparecen algunas piezas arquitectónicas reaprovechadas, posiblemente de una construcción anterior a la propia capilla, quizás de la época romana (ya que existen vestigios en la zona) y como un punto de control sobre el río Mao.

Como conclusión, se piensa que la necrópolis debió de ser anterior a la capilla, asociada a un asentamiento rural. El origen de San Vítor nada tiene que ver con la presencia de eremitas, ni cenobios, ni monasterios de la zona, sino que se debe de incluir dentro de la ocupación territorial alto-medieval relacionada con las comunidades rurales anteriores a la reorganización parroquial del siglo XII.