Paseo a la Ermita de San Frutos

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Reseña de la ruta en Adventoorer: Paseo a la Ermita de San Frutos.

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La Ermita de San Frutos se encuentra sobre uno de los meandros que forman las hoces del río Duratón. Como pasa con la mayoría de ermitas antiguas que recuerdo, los monjes se han buscado un lugar perfecto para construirla. Desde sus alrededores se puede apreciar el cañón del río Duratón, los bosques ribereños y varias zonas de nidificación de buitres leonados. Un sitio espectacular.

El amplio aparcamiento está a corta distancia de la ermita, y el paseo para llegar no tiene la más mínima dificultad. Recomendable para todos los públicos.

No hay mucho que contar… Se va hacia la ermita, y ya está.

Antes de llegar hay un mirador a mano derecha para ver el río. De vuelta en el camino, un puente que salva una pequeña sima permite el acceso al edificio. Se puede rodear y dar un paseo por los alrededores, con cuidado de no quedarse parado demasiado rato y que un buitre te agarre y se te lleve a su nido.

A la entrada de la ermita hay restos de tumbas antropomórficas datadas en la Alta Edad Media, y en la parte de atrás un pequeño cementerio y una caseta donde hay unas tumbas supuestamente del santo y de sus dos hermanos, pero que están vacías.

La iglesia se puede visitar. En la capilla de la izquierda hay un altar. Es tradición rodearlo tres veces por el interior, a través de unas aberturas que existen en la parte de abajo. En teoría así nunca se tendrán hernias. Yo pasé una vez solamente, porque hay que ir gateando y se te machacan las rodillas con el duro suelo. Total, ya he tenido todas las hernias que se pueden tener, así que me da igual no completar las tres vueltas.

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