Peña Tremaya, 1.441 m, desde Tremaya (La Pernía III)
near Tremaya, Castilla y León (España)
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Trail photos
Itinerary description
Una ruta breve de senderismo que tiene el aliciente de acabar en la Peña Tremaya que, sin ser una montaña alta, impone su vista desde el pueblo y es la cumbre más alta de su alrededor. La he catalogado de paseo puesto que es corta y cualquier caminante la puede hacer, sin tener ninguna dificultad añadida.
Dentro de la montaña palentina es la primera cumbre que hacemos en familia, con nuestros niños de 4 y 5 años. Ya venían concienciados de que iban a escalar su primera montaña y estaban decididos y motivados, aunque cuando la vieron al bajar del coche creo que no se lo creían. Yo al ver el espolón que teníamos delante, tampoco.
La ruta la comenzamos en Tremaya, un pequeño pueblo más allá de San Salvador de Cantamuda. Dejamos ahí el coche y bajamos un trecho por la carretera girar a la izquierda según nuestro sentido al cruzar un puente que da acceso a una pista de tierra. Tomamos esta pista y poco después cruzamos un paso canadiense. Hay que tener cuidado con la pequeña que se la cuelan los pies entre los travesaños. A partir de este momento todo es subida, al principio más suave, luego, en algunos tramos más pendiente y hay que apretar las punteras. La mitad del camino es pista de tierra y según cogemos altura nos cruzamos con un tractor, súper suerte pensamos todos.
El día está nublado y amenaza lluvia que finalmente empieza a caer y hay que protegerse con los chubasqueros y apretar el paso. Después de varias curvas, siempre en ascenso, se llega a una casa grande con un gran muro que la rodea, es propiedad privada. Desde este punto se abandona el camino y se prosigue por una senda de montaña bien clara y muy bonita que continúa ascendiendo hasta llegar a una especie de collado. Desde este punto las vistas al valle de Tremaya y al fondo la Sierra de Peña Lambra son preciosas. Tenemos a nuestra izquierda el pico pero para poder coronarlo tenemos que rodearlo por su cara este y atacarlo por la cara norte. Seguimos la senda entre el pico a nuestra izquierda y unos barrancos a nuestra derecha y, al final de esta, gira pronunciadamente a la izquierda para afrontar la parte final, con un desnivel más acusado.
El último tramo tiene bastante piedra y, junto a la pendiente, hace que tengamos que tener cuidado con los niños. Salvo este tramo no hay dificultad alguna para hacer la ruta con niños pequeños. La senda se estrecha un poco y el camino fue amplio cuando había caída.
En la cumbre se haya un recinto que alberga una estación de telecomunicaciones cerrado con llave y rodeado de una verja que sí se puede abrir. Hay barrancos por todos los lados, con lo que está genial que la valla proteja las instalaciones y así los niños puedan explorar sin peligro y ellos y nosotros asomarnos por todos los lados de la cima. Las vistas son muy considerables dado que es la cota más alta de esta zona y se logran divisar prados en todas las direcciones antes de que empiecen otras montañas con mas altura. El día es de otoño y la lluvia fina y fría, los prados y los vientos hace que parezca que estemos más cerca del fin del año de lo que estamos.
Sigue lloviznando a ratos y sopla con ganas, con lo que bajamos la parte más expuesta del camino hasta la curva pronunciada mencionada anteriormente. Ahí, ya nos hemos quitado la parte de más pendiente de la bajada y paramos a almorzar algo rápido que terminamos según disfrutamos de ese sendero -la parte más bonita de la ruta- que nos lleva al collado antes superado y a la casa y luego a Tremaya a través de prados verdes y pistas rápidas ahora que bajamos.
Dentro de la montaña palentina es la primera cumbre que hacemos en familia, con nuestros niños de 4 y 5 años. Ya venían concienciados de que iban a escalar su primera montaña y estaban decididos y motivados, aunque cuando la vieron al bajar del coche creo que no se lo creían. Yo al ver el espolón que teníamos delante, tampoco.
La ruta la comenzamos en Tremaya, un pequeño pueblo más allá de San Salvador de Cantamuda. Dejamos ahí el coche y bajamos un trecho por la carretera girar a la izquierda según nuestro sentido al cruzar un puente que da acceso a una pista de tierra. Tomamos esta pista y poco después cruzamos un paso canadiense. Hay que tener cuidado con la pequeña que se la cuelan los pies entre los travesaños. A partir de este momento todo es subida, al principio más suave, luego, en algunos tramos más pendiente y hay que apretar las punteras. La mitad del camino es pista de tierra y según cogemos altura nos cruzamos con un tractor, súper suerte pensamos todos.
El día está nublado y amenaza lluvia que finalmente empieza a caer y hay que protegerse con los chubasqueros y apretar el paso. Después de varias curvas, siempre en ascenso, se llega a una casa grande con un gran muro que la rodea, es propiedad privada. Desde este punto se abandona el camino y se prosigue por una senda de montaña bien clara y muy bonita que continúa ascendiendo hasta llegar a una especie de collado. Desde este punto las vistas al valle de Tremaya y al fondo la Sierra de Peña Lambra son preciosas. Tenemos a nuestra izquierda el pico pero para poder coronarlo tenemos que rodearlo por su cara este y atacarlo por la cara norte. Seguimos la senda entre el pico a nuestra izquierda y unos barrancos a nuestra derecha y, al final de esta, gira pronunciadamente a la izquierda para afrontar la parte final, con un desnivel más acusado.
El último tramo tiene bastante piedra y, junto a la pendiente, hace que tengamos que tener cuidado con los niños. Salvo este tramo no hay dificultad alguna para hacer la ruta con niños pequeños. La senda se estrecha un poco y el camino fue amplio cuando había caída.
En la cumbre se haya un recinto que alberga una estación de telecomunicaciones cerrado con llave y rodeado de una verja que sí se puede abrir. Hay barrancos por todos los lados, con lo que está genial que la valla proteja las instalaciones y así los niños puedan explorar sin peligro y ellos y nosotros asomarnos por todos los lados de la cima. Las vistas son muy considerables dado que es la cota más alta de esta zona y se logran divisar prados en todas las direcciones antes de que empiecen otras montañas con mas altura. El día es de otoño y la lluvia fina y fría, los prados y los vientos hace que parezca que estemos más cerca del fin del año de lo que estamos.
Sigue lloviznando a ratos y sopla con ganas, con lo que bajamos la parte más expuesta del camino hasta la curva pronunciada mencionada anteriormente. Ahí, ya nos hemos quitado la parte de más pendiente de la bajada y paramos a almorzar algo rápido que terminamos según disfrutamos de ese sendero -la parte más bonita de la ruta- que nos lleva al collado antes superado y a la casa y luego a Tremaya a través de prados verdes y pistas rápidas ahora que bajamos.
Waypoints
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Information
Easy to follow
Scenery
Easy
Paseo muy bonito con vistas fenomenales.
Un paseo estupendo, efectivamente. Muchas gracias por tu valoración. Salud!!