Peñafiel y Castillo

Empezamos un recorrido por Peñafiel que nos llevará entre iglesias, monasterios, caserones torres y un entramado medieval de callejas que conservan aún toda la esencia de su pasado. Esta villa vio nacer al príncipe de Viana y fue morada de reyes y nobles como el Infante Don Juan Manuel, uno de los escritores más importantes del siglo XIV y quien mandó levantar las murallas y el castillo.

En la amplia Plaza del Coso, Bien de Interés Cultural desde 1999, estacionamos el vehículo sin dificultad y con la mirada puesta en el castillo comenzamos nuestro deambular por el lugar. Rodean este espacio rectangular edificios de dos y tres plantas hechos en adobe, piedra y madera en los que destacan los abundantes balcones.

El primer punto al que nos dirigimos es la Plaza de San Pablo donde se encuentra el convento que lleva su mismo nombre.

En el año 1318, el papa Juan XXII otorgó el permiso para levantar este convento sobre los restos del histórico Alcázar de Alfonso X. Su impulsor fue el Infante Don Juan Manuel, señor de Peñafiel, con la intención de que en la iglesia pudiera reposar su cuerpo tras su fallecimiento. La capilla funeraria fue construida casi dos siglos después de su muerte, en 1536.

En la misma acera del templo vemos la escultura que representa una vid centenaria, creación del escultor vallisoletano, Julio Galán.

Pasamos por la Plaza de San Miguel de Reoyo que da nombre a la iglesia que vemos en ella. De construcción sobria típica en la arquitectura religiosa del final del Renacimiento, a primera vista destaca la portada de medio punto flanqueada por columnas pareadas y rematadas por un frontón.

Solo unos metros más adelante pasamos junto al Parque Judería un espacio lúdico y reconfortante que cuenta con un parque infantil, una terraza y una zona donde poder refrescarse a orillas de este afluente del Duero, el Duratón.

Tras atravesar la Playa Fluvial llegamos al Convento de Santa Clara. Aunque la iglesia es de finales del siglo XVII, el convento fue fundado una siglo antes por Doña Isabel de la Cueva, segunda mujer de Don Pedro Téllez Girón.

El siguiente punto que atravesamos es la Plaza de España, en pleno centro de Peñafiel. Aquí vemos la Iglesia de Santa María y una exposición de barricas pintadas con ocasión de la Fiesta de la Vendimia que se celebra a principios de octubre.

En la ladera del Castillo de Peñafiel vemos unas chimeneas cónicas que son conocidas como "luceras". En este espacio que atraviesa interiormente el cerro de Peñafiel se abrieron multitud de cavidades con el fin de madurar en ellas el vino de las diferentes cosechas. Las luceras que decoran este singular paisaje son los respiraderos de estas bodegas que oradan la falda del castillo.

Junto a las luceras se levanta La Torre del reloj que constituye el único vestigio de la iglesia románica de San Esteban, una de las más importantes de Peñafiel, edificada en el siglo XI.

Le toca el turno ahora al castillo hasta el que llegamos en coche. Su aspecto actual es el resultado de las sucesivas intervenciones de restauración que se llevaron a cabo durante los siglos XIV y XV.

En el año 1999 se instaló en el castillo el Museo Provincial del Vino donde se hace un recorrido por la historia y cultura del vino, además de acercar las técnicas de producción y elaboración de alguno de los caldos más afamados del mundo.

Y justo en este punto damos por finalizada la visita a Peñafiel.