Pinturas rupestres del río Vero. Abrigo de Arpan y Cueva de la fuente del trucho

El río Vero se encuentra en las proximidades de la villa de Alquezar, en pleno corazón de la sierra de Guara (Huesca). Durante muchos años ha sido el lugar donde han habitado nuestros ancestros y es uno de los pocos enclaves donde se pueden observar muestras de arte Paleolítico y de arte Postpaleolítico, en sus dos facies Levantina y Esquemática. Con lo que queda atestiguada la presencia humana de manera continuada en la zona desde alrededor del 22.000 A.C. hasta los tiempos actuales.

A lo largo del río Vero hay varios enclaves con muestras de arte rupestre, en esta ocasión vamos a visitar el abrigo de Arpán y la cueva de la fuente del trucho, para ello iniciaremos nuestra ruta desde la carretera que une los pueblos de Asque y Bárcabo, el aparcamiento claramente indicado se encuentra entre los puntos kilométricos 14 y 15. Desde este lugar cogemos la pista siguiendo las marcas de la ruta durante todo el recorrido.

Al poco rato veremos que la pista se bifurca en dos, nosotros iremos por la senda más estrecha de la derecha.

Al poco tiempo de seguir la senda llegaremos a una zona despejada desde donde podremos ver a la derecha el abrigo de Arpán, que al ser patrimonio mundial por la UNESCO, encontraremos las pinturas protegidas por una verja metálica, aunque esto no nos impedirá tener una buena visión de las ellas. Este abrigo fue el primero en ser descubierto por el grupo de expertos del Museo arqueológico de Huesca en el año 1978. Para llegar tan solo tendremos que seguir el sendero que cruza el barranco.

En este abrigo conviven los dos estilos de arte postpaleolítico, por un lado la facies esquemática datada entre el 5.000 y el 1.500 AC, correspondiente al Neolítico final y la edad del bronce, estas pinturas se encuentra en la parte derecha del abrigo, y muestra un cérvido y un arquero con trazos esquemáticos apenas visibles.

Por otro lado , en la parte central del abrigo están las pinturas enmarcadas dentro de la facies levantina, datadas entre el 8.000 y el 3.000 AC. correspondiente al Neolítico. El arte levantino se caracteriza por representar escenas de conjunto con estilo naturalista, en este caso se trata de una escena sencilla con dos ciervos, donde solo uno de ellos se aprecia con nitidez.

Desde el espacio abierto antes de cruzar el barranco, si seguimos descendiendo el barranco llegamos a la cueva de la fuente del trucho, donde hay muestras de arte Paleolítico datadas alrededor del 24.000 - 22.000 A.C., pero en esta ocasión la verja de protección no nos va a permitir ver ninguna de las pinturas. Si quisieramos verlas habría que concertar una visita guiada en el centro de interpretación que se encuentra en el cercano pueblo de Colungo.