Puente colgante de Cal Grande - A Alameda. Fragas de Eume con niños I

Ruta sencilla en el parque natural de la Fragas del Eume, entre el puente colgante de Cal Grande, en la senda de los Encomendeiros y el último aparcamiento, donde dejamos el coche, cerca del centro de interpretación de las Fragas, el área recreativa de A Alameda
En el aparcamiento donde dejamos el coche, cogemos el bus que nos lleva al puente tirantado de Cal Grande. El puente cruza todo el río Eume con una capacidad máxima de 10 personas. Es genial cruzarlo, es robusto pero te da sensación de ser uno de los que cruzaba Indiana Jones con las sogas de cuerda sujetando el puente de madera y haciendo que este se balancee levemente (los cables principales son de acero, eso sí).
El autobús es gratis cogiendo los tickets e informando de la ruta que vas a hacer en el centro de interpretación. Son súper majos y responden muy bien a cualquier pregunta y aconsejan sobre las más aconsejables para cada uno. Te pueden ofrecer también un mapa de la zona.
Dejar el coche aquí es más complicado, hay poco aparcamiento y es para bajar y preguntar, básicamente. Está la primera parada de autobús, pero en el siguiente aparcamiento, a partir de donde no se puede seguir con el coche, está el área recreativa de A Alameda y ahí sí que hay numerosos aparcamientos y mesas para tomar picnic y es la segunda parada del autobús. Aquí es donde cogimos nosotros el autobús.

El bus nos dejó al lado del puente señalado y de un merendero. Cruzando el puente se puede seguir la senda de los Encomendeiros, de tierra, en ambos sentidos del río. Anduvimos unos metros en ambas direcciones para explorarlas, pero no son muy adecuados para niños pequeños (casi dos años la pequeña y tres el mayor). La niña ese rato iba en la mochila portabebés. Después dimos la vuelta y realizamos la ruta planeada, volver andando al aparcamiento por el camino principal. Antes almorzamos y vimos los carteles de la fauna de la zona.
Es una ruta muy bonita siempre al lado del Eume, precioso con un gran caudal, por entre bosques de hayas y asfaltada, con lo que ambos niños pudieron hacerla entera andando disfrutando de los árboles, alguna cascada, río... ¡Unos campeones! En el camino nos cruzamos solo con algunos senderistas y bicis, pero en otros días (fines de semana) podría estar mucho más concurrida. Es una pista prohibida para cualquier vehículo a motor, exceptuando los autobuses que van y vienen periódicamente, y los niños pequeños pueden hacerla andando sin preocuparse de estar tropezándose con piedras o demás. Nuestra peque, pidió ir andando y realizó imitando a su hermano todo el camino de vuelta mientras jugaban a saludar a otros senderistas que nos cruzábamos.

Al llegar al punto de partida recuperamos fuerzas en otro merendero. Toda la zona en preciosa, en medio del parque natural y llego de un verdor que, en cuanto te fijas e intentas penetrar con la mirada en la foresta, ves que lo envuelve todo.

Recomendable hacer en cualquier época del año, siempre que se vaya con indumentaria adecuada, pero aún más con bueno tiempo que se puede disfrutar más.