Puente del Piles-Mirador de la Providencia

Estacionamos el coche en la Avenida de José García Bernardo a la altura de la escalera 17 de la Playa de San Lorenzo donde iniciamos la caminata.

Es justo en este primer tramo donde se encuentra el Mayán de Tierra, unos salientes rocosos al este de la desembocadura del Río Piles. En este primer tramo veremos una sucesión de esculturas, la mayoría de acero y hormigón que impregnan de un carácter único el lugar.
La primera escultura que nos encontraremos es “Sombras de luz” conocida popularmente como Las Chaponas. Esta obra del escultor asturiano Fernando Alba, es un conjunto de cuatro monumentales planchas rectangulares de acero corten, de unos cinco metros de altura que en posición vertical se orientan hacia los cuatro puntos cardinales. Cada plancha ha sido perforada en círculos de distinto diámetro, por los que penetra la luz, convertidos en agujeros que rompen las sombras de las chapas, al tiempo que fragmentan el espacio, representan las cuatro estaciones del año.
Un poco más adelante, tras pasar la escalera 22, luce un reloj de sol construido con piezas de mármol.

En el siguiente entrante de tierra en el pedrero, se ubica la escultura “La Madre del Emigrante”, también bautizada como la “Lloca del Rinconín”. Su autor, el cántabro Ramón Muriedas, plasmo en bronce el sentimiento de tristeza de aquellas mujeres, que en las primeras décadas del siglo XX vieron partir a sus hijos desde el puerto del Musel, en busca de un futuro mejor.
Es aquí cuando dejamos el litoral. Atravesamos el parque de El Rinconín en dirección a la carretera de la Providencia que tomaremos y no abandonaremos hasta llegar al Camín De la Fuente que queda a nuestra izquierda.
Continuamos avanzando por ella saliendo un pequeño tramo de la ruta para acercarnos hasta la ermita de la Providencia. Tomamos unas instantáneas y regresamos sobre nuestros pasos para volver a enlazar con la ruta esta vez en dirección al parque del Cabo San Lorenzo.
Llegamos a este extenso parque que en su día fueron terrenos que eran utilizados para realizar distintas maniobras militares y que ahora se ha convertido en un lugar de ocio donde se ubica el Mirador de la Providencia.
El mirador de la Providencia, una curiosa construcción con forma de punta de lanza en dirección al mar, permite ver la ciudad de Gijón, parte de la costa cantábrica y la isla de la Tortuga.

Es el momento de tomar rumbo a Gijón por la senda de litoral que en algunos puntos nos da la oportunidad de elegir entre escaleras o camino con algo de desnivel.
Llegamos a la altura de la Playa de Peñarrubia donde el camino se torna enlosado y , al fondo, podemos ver la casa de Rosario Acuña, escritora y gran defensora de los derechos de la mujer.
La ruta continúa hasta llegar al Cantu los díes fuxios, un conjunto escultórico en un balcón natural al Cantábrico.
Un poco más adelante, nos espera la escultura “solidaridad” de Pepe Noja. Realizada en acero inoxidable, pesa tres toneladas y media, y está formada por cuatro formas cilíndricas a modo de eslabones que se entrelazan. De vocación simbólica, la cadena significa unión, pero también libertad, dado que sus eslabones están abiertos, no pierden su independencia ni si autonomía formal.
El último tramo, sin perder de vista el Rinconín, lo hacemos sobre la parte del Muro que dio comienzo a nuestra caminata.