MALLORCA. Sa Calobra

Desde la carretera que va de Lluc a Sóller sale una desviación a la derecha que nos lleva a Sa Calobra, que es la desembocadura del Torrent de Paréis.

A 1 km de empezar esta carretera, a mano derecha, se encuentra el Mirador de S’ENTREFORC, para poder ver el Monumento Natural del Torrent de Paréis.

Ver el barranco desde aquí impresiona por la profundidad que tiene y podemos entender que el barranquismo aquí es de alto nivel y que descender este barranco, con un guía de montaña, puede ser una de las experiencias más inolvidables e impactantes que podemos tener.

Dos kilómetros después, arranca uno de los viales más espectaculares de la costa española.

Desde los primeros giros se adivina la carretera, al insertarse en el paisaje, cuando no la tremenda dificultad que debió sortear el ingeniero Antonio Parietti (1899-1979).

La bajada de 10 km, que salva 900m de desnivel, cuenta con 12 curvas de 80°. Especial interés reviste el bucle que traza el asfalto en el Nudo de Corbata (detenerse en el chiringuito para verlo).

Un par de kilómetros después atravesamos El Estrecho. La Angostura termina siendo una cuestión de convivencia con los coches que circulan en sentido contrario.

Y en el Cul-de-Sac de Sa Calobra, a la vista del Morro de Sa Vaca, el público se va en un ininterrumpido ir y venir por espacio de 300 m entre el muelle y el Torrent de Paréis.

Tras la caseta de información aparecen dos túneles iluminados (uno con ventana al mar) y entremedias una bajada para fotografiar a los bañistas.

Los acantilados convergentes no permiten la formación de playas en este abrupto litoral, como no sea la Cala del Torrent, donde se pierde pie al poco de avanzar en un azul impenetrable del mar.

Nosotros aparcamos juntos al Port de Sa Calobra. Y comenzamos a caminar en dirección a la Cala del Torrent de Paréis, por un paseo empedrado, hasta llegar a los túneles.

Hay una placa conmemorativa al pintor Joaquín Mir, devoto admirador de este lugar.

Pasados los túneles llegamos a la Cala del Torrent, viendo a nuestra izquierda la entrada del mar encajonada entre paredes de rocas verticales y a nuestra derecha las paredes altas y verticales del Barranco.

Avanzamos a nuestra derecha, adentrándonos en el cañón, salvando balsas de agua de las últimas lluvias caídas unos días antes y trepando por rocas a nuestra izquierda, hasta llegar a un lugar donde las balsas de agua que había en el cañón, nos impidieron seguir adelante.

Este pequeño paseo te deja con ganas de seguir avanzando, pero te hace hacerte una idea de lo que supone descender por este barranco.

Así que, con ganas de poder hacerlo algún día, volvemos sobre nuestros pasos para llegar de nuevo al coche y volver a ascender por esa carretera tan impactante, de regreso al punto de inicio del descenso.

Que disfrutéis de este paseo!!!