SAHAGÚN. La Peregrina. San Tirso. Museo monasterio Santa Cruz
near Sahagún, Castilla y León (España)
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**La mañana del tercer día del viaje de Oarso Arte Kultur Elkartea, hemos visitado 'Las Edades del Hombre' en el santuario de la Peregrina, y en la iglesia de San Tirso, y luego, la iglesia de San Lorenzo.
**Por la tarde, visitamos el Museo de Arte Sacro del monasterio benedictino femenino de Santa Cruz, fundado en 1962, tras pasar junto a la capilla de San Mancio (románico mudéjar del s. XII, con planta rectangular de 12 x 7 metros, y tres tramos, construida en piedra y ladrillo, con capiteles sencillos de decoración vegetal, algunos de ellos, mozárabes) y atravesar la Portada Sur del que fue gran monasterio de San Benito (“Arco de San Benito”, de 1622).
**El monasterio de Santa Cruz data del s. XVI, y está situado junto al monasterio de San Benito, erigido en el siglo XII, hoy casi arruinado.
**En el museo se visitan dos salas con muchos objetos litúrgicos, y piezas de orfebrería y vestimenta religiosa, pinturas y esculturas de temática religiosa, y con un sistema de megafonía peculiar. En una de las salas, la custodia de plata (en su color, y sobredorada), propiedad del Ayuntamiento de Sahagún de Campos, de Enrique de Arfe (1475-1545), datada en la primera década del siglo XVI. Enrique de Arfe, de origen alemán, activo en Castilla y con taller en la ciudad de León a partir de 1500, fue el autor de las conocidas custodias de las catedrales de Toledo y Córdoba. Ahora, temporalmente, la custodia se ve en la actual edición de Las Edades del hombre, en el santuario de La Peregrina.
**Virgen Peregrina (o Divina Peregrina Nuestra Señora del Refugio), de Luisa Roldán. Talla en madera policromada de 1,35 m, con bordón de plata en la mano izquierda, y Niño Jesús en la derecha. “Imagen·de vestir”, de 1684-1686. También en el Santuario de La Peregrina, prestada a Las Edades del Hombre.
**A la entrada, bañera de mármol del s III, en una sola pieza, y restos de retablos.
**La iglesia tiene un retablo (muy barroco) de Jose de Churriguera. Procede del monasterio de Trianos.
**Inaugurado en octubre de 2021, la pieza estrella de la colección permanente es el nuevo sepulcro de piedra, que guarda los restos del rey Alfonso VI de Castilla y León, fallecido en Toledo en julio de 1109, y sepultado originalmente en la desaparecida iglesia del monasterio benedictino de esta localidad, junto con los restos de cuatro de sus cinco esposas (Inés de Aquitania fallecida en 1078; Constanza de Borgoña, en1093; Berta, en 1100; Zaida-Isabel, en 1107). Los restos mortales del rey fueron depositados en un sepulcro de piedra, que fue colocado a los pies de la iglesia del monasterio de San Benito, hasta que, durante el reinado de Sancho IV (1284-1295), pareciéndole indecoroso a este rey que su predecesor estuviese sepultado a los pies del templo, ordenó trasladar el sepulcro al interior, y colocarlo en el crucero de la iglesia.
El sepulcro que contuvo los restos del rey se sustentaba sobre leones de alabastro, y era un arca grande de mármol blanco, de ocho pies de largo y cuatro de ancho y alto, siendo la tapa que lo cubría lisa y de pizarra negra. De ordinario el conjunto funerario se cubría con un tapiz de seda, tejido en Flandes, en el que aparecía el rey coronado y armado, hallándose en los lados la representación de las armas de Castilla y de León, y en la parte de la cabecera del sepulcro, un crucifijo. Este sepulcro fue destruido en 1810, durante el incendio que sufrió el monasterio de San Benito. Los restos mortales del rey y los de cuatro de sus esposas, fueron recogidos y conservados en la cámara abacial hasta el año 1821, en que fueron expulsados los religiosos del monasterio durante el Trienio Liberal. En ese momento, el abad Ramón Alegrías depositó los restos reales en una caja, que fue colocada en el muro meridional de la capilla del Crucifijo. En enero de 1835, los restos fueron recogidos de nuevo e introducidos en otra caja, siendo llevados al archivo, donde se hallaban en esos momentos los restos de las esposas del soberano. El propósito era colocar todos los restos reales en un nuevo santuario que se estaba construyendo. Cuando el monasterio de San Benito fue desamortizado definitivamente en 1835, los religiosos entregaron las dos cajas con los restos reales a un pariente de un religioso, que las ocultó, hasta que en el año 1902 fueron halladas por el catedrático del Instituto de Zamora Rodrigo Fernández Núñez. Posteriormente fueron llevados al monasterio de las monjas benedictinas de Sahagún, y colocados a los pies del templo, en un arca de piedra lisa y con cubierta de mármol moderna. En un arca de piedra se guardaron los restos de las cuatro esposas del rey. Finalmente, en 2019 los restos del rey Alfonso VI y de sus cuatro esposas se guardaron en un nuevo y polémico mausoleo de mármol de Alicante, de 1,2 Tm., obra del escultor leonés contemporáneo Amancio González Andrés (Villahibiera de Rueda 1965), decorado con las imágenes idealizadas del rey y de la reina Inés de Aquitania.
Polémica porque la corona del rey tiene castillos (y no florones, y que es la corona de Sancho IV, dos siglos posterior), aunque Alfonso no fue rey de Castilla hasta que no murió su hermano Sancho (el Cid obligó a jurar a Alfonso que no había tenido nada que ver en la muerte de Sancho). Amancio González dice que no son castillos, sino catedrales románicas, y dicen que deberían grabarse en los sepulcros, tanto las armas del Rey y/o del Reino, así como el nombre de los finados, al estilo de los sepulcros medievales. Y que cada una de las cuatro reinas debería tener su propio sepulcro (…simplemente por dignidad hacia estas 4 mujeres).
https://lux2021.com/visitas-virtuales/SanTirso/SanTirso.html
https://lux2021.com/visitas-virtuales/Peregrina/Peregrina.html
**Por la tarde, visitamos el Museo de Arte Sacro del monasterio benedictino femenino de Santa Cruz, fundado en 1962, tras pasar junto a la capilla de San Mancio (románico mudéjar del s. XII, con planta rectangular de 12 x 7 metros, y tres tramos, construida en piedra y ladrillo, con capiteles sencillos de decoración vegetal, algunos de ellos, mozárabes) y atravesar la Portada Sur del que fue gran monasterio de San Benito (“Arco de San Benito”, de 1622).
**El monasterio de Santa Cruz data del s. XVI, y está situado junto al monasterio de San Benito, erigido en el siglo XII, hoy casi arruinado.
**En el museo se visitan dos salas con muchos objetos litúrgicos, y piezas de orfebrería y vestimenta religiosa, pinturas y esculturas de temática religiosa, y con un sistema de megafonía peculiar. En una de las salas, la custodia de plata (en su color, y sobredorada), propiedad del Ayuntamiento de Sahagún de Campos, de Enrique de Arfe (1475-1545), datada en la primera década del siglo XVI. Enrique de Arfe, de origen alemán, activo en Castilla y con taller en la ciudad de León a partir de 1500, fue el autor de las conocidas custodias de las catedrales de Toledo y Córdoba. Ahora, temporalmente, la custodia se ve en la actual edición de Las Edades del hombre, en el santuario de La Peregrina.
**Virgen Peregrina (o Divina Peregrina Nuestra Señora del Refugio), de Luisa Roldán. Talla en madera policromada de 1,35 m, con bordón de plata en la mano izquierda, y Niño Jesús en la derecha. “Imagen·de vestir”, de 1684-1686. También en el Santuario de La Peregrina, prestada a Las Edades del Hombre.
**A la entrada, bañera de mármol del s III, en una sola pieza, y restos de retablos.
**La iglesia tiene un retablo (muy barroco) de Jose de Churriguera. Procede del monasterio de Trianos.
**Inaugurado en octubre de 2021, la pieza estrella de la colección permanente es el nuevo sepulcro de piedra, que guarda los restos del rey Alfonso VI de Castilla y León, fallecido en Toledo en julio de 1109, y sepultado originalmente en la desaparecida iglesia del monasterio benedictino de esta localidad, junto con los restos de cuatro de sus cinco esposas (Inés de Aquitania fallecida en 1078; Constanza de Borgoña, en1093; Berta, en 1100; Zaida-Isabel, en 1107). Los restos mortales del rey fueron depositados en un sepulcro de piedra, que fue colocado a los pies de la iglesia del monasterio de San Benito, hasta que, durante el reinado de Sancho IV (1284-1295), pareciéndole indecoroso a este rey que su predecesor estuviese sepultado a los pies del templo, ordenó trasladar el sepulcro al interior, y colocarlo en el crucero de la iglesia.
El sepulcro que contuvo los restos del rey se sustentaba sobre leones de alabastro, y era un arca grande de mármol blanco, de ocho pies de largo y cuatro de ancho y alto, siendo la tapa que lo cubría lisa y de pizarra negra. De ordinario el conjunto funerario se cubría con un tapiz de seda, tejido en Flandes, en el que aparecía el rey coronado y armado, hallándose en los lados la representación de las armas de Castilla y de León, y en la parte de la cabecera del sepulcro, un crucifijo. Este sepulcro fue destruido en 1810, durante el incendio que sufrió el monasterio de San Benito. Los restos mortales del rey y los de cuatro de sus esposas, fueron recogidos y conservados en la cámara abacial hasta el año 1821, en que fueron expulsados los religiosos del monasterio durante el Trienio Liberal. En ese momento, el abad Ramón Alegrías depositó los restos reales en una caja, que fue colocada en el muro meridional de la capilla del Crucifijo. En enero de 1835, los restos fueron recogidos de nuevo e introducidos en otra caja, siendo llevados al archivo, donde se hallaban en esos momentos los restos de las esposas del soberano. El propósito era colocar todos los restos reales en un nuevo santuario que se estaba construyendo. Cuando el monasterio de San Benito fue desamortizado definitivamente en 1835, los religiosos entregaron las dos cajas con los restos reales a un pariente de un religioso, que las ocultó, hasta que en el año 1902 fueron halladas por el catedrático del Instituto de Zamora Rodrigo Fernández Núñez. Posteriormente fueron llevados al monasterio de las monjas benedictinas de Sahagún, y colocados a los pies del templo, en un arca de piedra lisa y con cubierta de mármol moderna. En un arca de piedra se guardaron los restos de las cuatro esposas del rey. Finalmente, en 2019 los restos del rey Alfonso VI y de sus cuatro esposas se guardaron en un nuevo y polémico mausoleo de mármol de Alicante, de 1,2 Tm., obra del escultor leonés contemporáneo Amancio González Andrés (Villahibiera de Rueda 1965), decorado con las imágenes idealizadas del rey y de la reina Inés de Aquitania.
Polémica porque la corona del rey tiene castillos (y no florones, y que es la corona de Sancho IV, dos siglos posterior), aunque Alfonso no fue rey de Castilla hasta que no murió su hermano Sancho (el Cid obligó a jurar a Alfonso que no había tenido nada que ver en la muerte de Sancho). Amancio González dice que no son castillos, sino catedrales románicas, y dicen que deberían grabarse en los sepulcros, tanto las armas del Rey y/o del Reino, así como el nombre de los finados, al estilo de los sepulcros medievales. Y que cada una de las cuatro reinas debería tener su propio sepulcro (…simplemente por dignidad hacia estas 4 mujeres).
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