Salamanca monumental. Anthercas

Accesos por la autovía SA-20 tomando la N-620 o N-630 para aparcar debajo del Puente de Sánchez Fabrés sobre el río Tormes (40°57'33.68"N 5°40'27.62"W).



Desde el carril bici cruzamos por el puente, desde el paso de cebra de la derecha seguimos rectos en ascenso, para entrar por la Arcada de la derruida Ermita de San Gregorio, donde antaño se intercedía contra las plagas, era visitada para rogar buenas cosechas.

Rodeamos la Facultad de Física por la Plaza de La Merced, en el entorno de esta plaza se hallaba el convento de los Padres Mercedarios, se supone que también estuvo el mercado judío y la Sinagoga Menor. En los siglos XVI-XVIII, la ocuparon construcciones eclesiásticas y universitarias: Colegio del Rey, Colegio Trilingüe y el convento de la Merced.

Desde la Plaza Fray Luis de León y la Casa-Palacio de Los Abarca, (conocida como casa de los Doctores de la Reina), es un palacio torreado de estilo gótico y renacentista, del siglo XVI construido para Fernán Álvarez Abarca, médico de los Reyes Católicos, desde 1946 es la sede del Museo de Salamanca.

Por la Calle Serrano accedemos a la Universidad Pontificia, privada y fundada en 1940.

Continuamos por la izquierda en la Calle Meléndez junto a la Casa de las Conchas (de reformas), antiguo palacio urbano de estilo gótico y elementos platerescos, representativo de la nueva nobleza cortesana del siglo XVI.
Las conchas, símbolo de la familia Pimentel, decoran la fachada del edificio tras la boda de Juana Pimentel con don Arias Maldonado en 1517, y las flores de lis de los Maldonado en el escudo. Actualmente es una biblioteca.

En la Plaza Corrillo vemos parte de la Iglesia de San Martín, románica, dedicada a San Pedro en el siglo XII por iniciativa del conde Martín Fernández, destaca el coro de estilo isabelino.

Entramos en la Plaza Mayor, construida entre 1729 y 1755, (inició las obras Alberto Churriguera), por culpa de las expropiaciones se redujo la superficie a construir, una vez acabados los pleitos, junto al Pabellón Real y el de San Martín, se alzaron los dos pabellones restantes: el Consistorial (del reloj, que alberga el Ayuntamiento) y el de Petrineros (llamado así por alojar antaño a artesanos del cuero).

Los bustos que coronan la espadaña del Ayuntamiento representan a la Agricultura, el Comercio, la Industria y la Astronomía, aunque haya quien afirma que son las virtudes cardinales: Justicia, Prudencia, Fortaleza y Templanza, tan necesarias en el desempeño gubernamental.

Los 88 arcos de la Plaza se alternan con medallones esculpidos, que representan personajes destacados de la historia de España.

Las corridas de toros se han cambiado por otros festejos, como la Nochevieja Universitaria, que celebra el fin de año dos semanas antes de su conclusión real, permitiendo a los estudiantes realizarla con sus compañeros antes de las vacaciones de Navidad.

Caminando bajo la sombra de los soportales, salimos a las plazas de la Libertad y Los Bandos, familias de la nobleza se disputaban el derecho a gobernar la ciudad, estalló el conflicto denominado Guerra de Los Bandos durante el siglo XV, de ahí el nombre de la plaza.

Torcemos por la derecha en la Calle Zamora dejando atrás la Plaza de San Boal, antaño lugar de encuentro de salmantinos adinerados, atraídos primero por el Frontón Tormes, luego por el Cinema Salamanca, y donde el Marqués de Almarza estableció su residencia.

Pasamos en la Plaza de Santa Eulalia bajo el Palacio de los Fermoselle (conocido como Torre del Aire), fue construido hacia 1440 por los Castillo, señores de Fermoselle y de Santa María del Campo, fue una fábrica de paños en septiembre de 1727, en 1818 sede provisional de los colegiales irlandeses, actualmente funciona como residencia femenina para estudiantes.

Cortamos por la Plaza de la Constitución a la Ronda Sancti Spiritus, me acerco a ver la fachada de su iglesia, restaurada a mediados del siglo XVI, conjugando la estructura gótica con la decoración plateresca, su portada renacentista cargada con decoración escultórica, donde se narran los seis triunfos de Petrarca, con medallones de los bustos de San Pedro y San Pablo, junto a una escena de Santiago en la batalla de Clavijo. Es el único resto del desaparecido monasterio Sancti Spiritus de la Orden de Santiago.

Proseguimos desde la Plaza San Cristóbal a la Plaza San Julián con su iglesia de San Julián y Basilisa, de 1107 y románica en sus orígenes.

Bordeamos la Plaza del Mercado central de Abastos (1909), volviendo a entrar y salir desde la Plaza Mayor a la Plaza Poeta Iglesias (en honor al fundador de la escuela de Salamanca) y el monumento a Alberto de Churriguera (Maestro Mayor de la Catedral Nueva de Salamanca e iniciador de las obras de la Plaza Mayor) y a José del Castillo, Conde de Francosa, artífices del diseño de la Plaza Mayor.

Tomamos por la Calle Mayor enfrente de la iglesia de San Martín, vista con anterioridad desde otro ángulo, giramos a la izquierda por la Calle Palominos, para desembocar en el Convento de San Esteban, donde se forjaron los padres dominicos que fundaron la Escuela de Salamanca, aunque se le considera un excelente ejemplo del estilo plateresco, lo prolongado de sus fases constructivas, explican la mezcla de estilos que van desde el gótico final hasta el barroco, estilo presente en el retablo mayor obra de José Benito de Churriguera.

Cambiamos de dirección entrando por la estrecha Calle Tostado, el ejército de ocupación francés derribó la manzana de casas situada al norte de la catedral, creando la actual plaza de Anaya, (su palacio de estilo neoclásico, sustituye al anterior edificio del Colegio Mayor de San Bartolomé, muy dañado en el terremoto de Lisboa de 1755, alberga la Facultad de Filología).

Recorremos la cara norte de la Catedral de la Asunción de la Virgen, llamada popularmente Catedral Nueva (su muro del sur se apoya sobre el muro norte de la Catedral Vieja), sede de la diócesis de Salamanca, construida entre los siglos XVI y XVIII mezclando los estilos gótico tardío, renacentista y barroco. Es la segunda mayor de España en dimensiones.

Entramos y salimos del acotado Huerto de Calixto y Melibea con buenas vistas de la ciudad, denominación escogida por ser el escenario que eligió Fernando de Rojas, para recrear la novela Tragicomedia de Calisto y Melibea (La Celestina, publicada en 1502).

Acabamos de rodear la Catedral y, desde la Calle Francisco Vitoria, giramos por la Calle Fe para volvernos por la Calle Libreros, ver la fachada del edificio de las Escuelas Mayores de la Universidad de Salamanca, caracterizada por una minuciosa y abundante decoración, quizás sea la obra maestra del plateresco español.

Encima de un cráneo se encuentra una escultura de un sapo, símbolo de aviso a los estudiantes como representación del pecado de lujuria, asociado a la muerte al encontrarse encima de un cráneo. Según la tradición, su difícil hallazgo en la fachada augura éxito en los estudios.

Desde la Plaza Patio de las Escuelas Menores (con la estatua de Fray Luis de León), salimos a la Calle Veracruz a la altura de la iglesia de San Millán, Centro de Interpretación del Patrimonio de Salamanca, continuamos a la Plaza de la Merced, echamos un amplio vistazo desde su elevado jardín, antes de retornar al aparcamiento siguiendo el camino de ida.

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