Salou-Passejant pels carrers

Hasta los grandes exploradores y aventureros se toman un descanso, aunque nada de abandonarse a la molicie. Salvando las distancias evidentemente y aprovechando la ola de calor, me regalé un descanso activo en este enclave turístico, para contrastar con el relativo silencio y la paz que se respira en las salidas a la montaña y , como no, para poner a prueba las dotes y, sobretodo, la tolerancia social. La ruta no presenta dificultades, salvo que está editada para permitir seguirla, puesto que el resultado de las incontables idas y venidas por las calles de Salou, fue un enrevesado track clavadito al Nudo Gordiano. Como tengo por costumbre, realicé un recorrido en el trenet turístic, a precio de jubilado, como primera toma de contacto con sus lugares más emblemáticos y para observar el bullicio cotidiano. No he tenido mas remedio que eliminar partes del trayecto, dado que aunque se acercó al camí de ronda del Cap de Salou, los traqueteos y brincos me impidieron tomar testimonios gráficos en condiciones. Retomaré esa zona en otro momento, dentro de mi proyecto a largo plazo de reseguir el litoral català, ya que precisamente llegué el verano pasado a Salou-Port Aventura desde Tarragona, por el GR-92. Algunos comparan a Salou con Lloret de Mar o Benidorm, por la aglomeración de turistas. Puedo dar fe de que las calles estaban abarrotadas, las playas, las tiendas, los bares,los hoteles, e incluso el trenet circulaba todo el dia sin descanso, recogiendo a viajeros ansiosos por disfrutar del paseo. En cuanto a los hoteles, mi mayor desafío, conseguido a medias, ha sido sobrevivir a las tentaciones y cantos de sirena del buffet libre. Por muy férrea voluntad que se posea, siempre hay un aperitivo, un exquisito bocado o un delicioso postre, que nos subyuga. Comentario aparte haré sobre un colectivo muy especial, son aquellos visitantes, preferentemente de allende de nuestras fronteras, que enarbolando un todo incluido, ocupan de la mañana a la noche sillas, tumbonas y butacas, siempre cerca del bar o del restaurante, haciendo acopio de libaciones y disfrutando de eternos ágapes. El segundo desafío consistió en sobrevivir a aquellos breves momentos en que armandome de valor, me sumergí en la piscina para refrescarme y aliviar el intenso calor. Aunque un cartel lo prohibe claramente, me vi sometido sin piedad, a un intenso bombardeo con todo tipo de pelotas y balones, y abordado sin compasión por colchonetas y flotadores de todas las formas, colores y tamaños. Aunque pueda dar la impresión de refunfuñar y quejarme de todo, añado como colofón que no me arrepiento de nada, no en vano soy un ferviente defensor de la idea, de que en esta vida hay que probarlo todo......algunas cosas, como esta en mi opinión, con mesura.