San Marcial-Puente del Andaluz-San Marcial (Zamora)

En los límites de los términos de Peñausende y Mayalde nace una rivera que corre por los términos de Cabañas, Villanueva de Campeán, Casaseca de Campeán, San Marcial, Pueblica de Campeán, Pereruela, Tardobispo y Zamora para terminar en el Duero.
En esta rivera destacan una serie de pontones y puentes que constituyen auténticas piezas históricas de primer orden, y que sin duda indican cómo esa línea húmeda señala un límite en la división político-administrativa de la Roma Imperial. De todos estos restos hoy destacaremos el que se encuentra en el término de San Marcial, hoy municipio de El Perdigón, un puente de sólida estructura y de características que lo encajan en la época romana, conocido en la comarca como el Puente del Andaluz. Su estructura característica le sitúa en la citada época y cuando allá por el último tercio del siglo XIII, reinando felizmente el llamado Alfonso X el Sabio nace el honrado Concejo de la Mesta, por ese puente pasaría desde ese momento hasta bien mediada la mitad del pasado siglo XX uno de los cordeles de la cañada más importante de la citada Mesta: la Leonesa, itinerario que se puede seguir a través de los distintos términos municipales y principalmente en las dehesas por el amplio camino sin encinas y los pozos y lagunas que para alivio y socorro de pastores y rebaños jalonan esa ruta de la historia que desde 1263 hasta 1950 dejó una amplia huella que no debemos permitir se borre, por desidia o abandono, puesto que medios sobran.
El Puente del Andaluz, abandonado a su suerte, ha sufrido no sólo el paso de los milenios sobre su arquitectura, sino los efectos del paso de los carros durante muchos siglos y por último los efectos de las crecidas de una ribera que se crece al dejar de atenderla de manera adecuada como se venía haciendo cuando en ese como en casi todos los términos municipales se cuidaban los caminos. Hoy el agua corre fuera de su primitivo cauce, cegados y seriamente resentidos los pilares del puente. Hoy, cuando se está desarrollando una bien llevada política de restauración de los restos de un glorioso pasado que constituyen eslabones de nuestra historia, fuentes, molinos de rivera, cruceros y toda clase de restos que han marcado el paso de los siglos no pueden quedar en el olvido.
Partiendo del municipio y llegando hasta las altas instancias de la Comunidad Autónoma y pasando de manera ordenada y además eficaz por la provincia, a una decena de kilómetros de la capital entre descansaderos, veredas y cordeles, es muy difícil entender hoy que se llegue a estas situaciones límite para auténticos monumentos que además ofrecen la posibilidad de marcar una rutas culturales cargadas de recuerdos, de restos, de topónimos, en esa vereda del Teso de las Exculcas, convertido por el uso del pueblo en "Las Culcas", según el Honrado Concejo, el lugar de reunión de los pastores para vigilar el paso y el rumbo del ganado. Según los estudiosos de la Mesta, la media del número de cabezas de ganado que pasó por estas tierras en cada cabaña oscilaba alrededor de las cuarenta mil, lo que supone a lo largo de su historia el paso de ida hacia las montañas al norte del Duero y la vuelta a tierras de la baja Extremadura de alrededor de sesenta millones de cabezas. Un camino y una vía en la que se conjugaba año tras año y campaña tras campaña una relación humana y económica de primer orden a lo largo de muchas semanas de ida y vuelta.
Recorrer hoy una de estas cañadas, cordeles o veredas constituye transitar por más de medio milenio de historia de un mundo que hoy es una simple referencia cultural, pero que cuando lo haces penetras en la entraña de una geografía y de una historia que te va dejado una huella tan profunda, que entiendes con más calor y más fuerza las raíces y el desarrollo de esto que es España.

Herminio Ramos
Punto de mira. La Opinión de Zamora. 3/11/2005