San Pablo-Estacion de Delicias. Zaragoza
near Casco, Aragón (España)
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Itinerary description
En pleno corazón de Zaragoza, una calle nos invita a adentrarnos en la parte antigua de la ciudad y a conocer muchos de sus secretos, mientras propone un sugerente diálogo con el presente. Se trata de San Pablo.
San Pablo es una de las calles mas céntricas y concurridas del Casco Histórico de Zaragoza, y se extiende a lo largo de 600 metros desde la Avenida Cesar Augusto hasta la Calle Santa Inés.
Toma el nombre de la iglesia homónima, fundada en 1118. San Pablo siempre nos ha parecido una calle sin terminar. Un trabajo de construcción largamente postergado donde los habitantes, qué remedio, se han ido instalando en los sitios disponibles.
Cuanto más te adentras por la estrecha calle de San Pablo más diferente te parece. Testigo de infinidad de acontecimientos, rica en secretos y anécdotas, San Pablo ha latido al ritmo del corazón de los zaragozanos a través de los siglos.
Vía de transición y tránsito entre la Zaragoza antigua y la nueva, San Pablo vivió a finales del siglo XVIII su momento de gran esplendor, convirtiéndose uno de los lugares preferidos por los zaragozanos y visitantes para hacer sus compras y disfrutar de sus horas de ocio.
Casi todas las edificaciones poseen más de dos plantas y predominan las viviendas. Distinguen por sus altos puntales y los balcones que sobresalen sobre la acera. Por lo general, carecen de portales y llenan casi todo el espacio alrededor de la vía, en marcado reflejo de la arquitectura ecléctica y la gran densidad poblacional de la zona. A ratos, algún pequeño árbol acompaña nuestro trayecto.
Los balcones se asoman a la calle, como queriendo ser parte de todo cuanto ocurre y, dividiéndolos, están los guardavecinos, esas rejas con los más caprichosos diseños que tipifican los barrios y marcan los pequeños límites perimetrales entre viviendas contiguas. El ir y venir de la gente forma parte del entorno visual y acústico.
Remontar la discreta pendiente de la calle San Pablo es entrar al paraíso de las sombras. Hay siempre una mirada que nos persigue, que se pregunta –indaga con sus gestos-, qué hacemos allí.
Sus otrora hermosas fachadas esperan pacientemente una necesaria y merecida restauración que les devuelva su pasado esplendor.
Sin embargo, en los últimos años, San Pablo ha querido reinventarse. En pleno centro histórico de la ciudad, ha visto como sus rincones se han convertido en lugar de reunión de artistas, músicos, y gente joven.
Rutas gastronómicas, arte urbano sin pelos en la lengua o música al aire libre y en salas alternativas son algunas de las ofertas que San Pablo brinda a todos aquellos que quieran adentrarse por sus rincones más icónicos.
El arte callejero domina sus calles, fomentado por el Festival Asalto que cada año reúne a los mejores muralistas nacionales e internacionales, como Boa Mistura, Erica con C o el argentino Elian, entre muchos otros.
El street art más reivindicativo también se ha hecho con las paredes de esta calle con la mayoría de su población inmigrante.
En esta calle se celebran los eventos más alternativos de la ciudad, desde mercadillos de ropa vintage, exhibiciones y foodtrucks.
En verano se organizan sesiones de cine al aire libre sobre hamacas colocadas en la plaza y con picnic incluido.
Que San Pablo se haya convertido en una de las calles de moda de los últimos años es, en gran parte, por el cercano centro cultural Las Armas, que todas las semanas anima la zona con actividades, talleres, música y gastronomía. En su restaurante, podemos ver también la multiculturalidad presente en el barrio.
San Pablo es una de las calles mas céntricas y concurridas del Casco Histórico de Zaragoza, y se extiende a lo largo de 600 metros desde la Avenida Cesar Augusto hasta la Calle Santa Inés.
Toma el nombre de la iglesia homónima, fundada en 1118. San Pablo siempre nos ha parecido una calle sin terminar. Un trabajo de construcción largamente postergado donde los habitantes, qué remedio, se han ido instalando en los sitios disponibles.
Cuanto más te adentras por la estrecha calle de San Pablo más diferente te parece. Testigo de infinidad de acontecimientos, rica en secretos y anécdotas, San Pablo ha latido al ritmo del corazón de los zaragozanos a través de los siglos.
Vía de transición y tránsito entre la Zaragoza antigua y la nueva, San Pablo vivió a finales del siglo XVIII su momento de gran esplendor, convirtiéndose uno de los lugares preferidos por los zaragozanos y visitantes para hacer sus compras y disfrutar de sus horas de ocio.
Casi todas las edificaciones poseen más de dos plantas y predominan las viviendas. Distinguen por sus altos puntales y los balcones que sobresalen sobre la acera. Por lo general, carecen de portales y llenan casi todo el espacio alrededor de la vía, en marcado reflejo de la arquitectura ecléctica y la gran densidad poblacional de la zona. A ratos, algún pequeño árbol acompaña nuestro trayecto.
Los balcones se asoman a la calle, como queriendo ser parte de todo cuanto ocurre y, dividiéndolos, están los guardavecinos, esas rejas con los más caprichosos diseños que tipifican los barrios y marcan los pequeños límites perimetrales entre viviendas contiguas. El ir y venir de la gente forma parte del entorno visual y acústico.
Remontar la discreta pendiente de la calle San Pablo es entrar al paraíso de las sombras. Hay siempre una mirada que nos persigue, que se pregunta –indaga con sus gestos-, qué hacemos allí.
Sus otrora hermosas fachadas esperan pacientemente una necesaria y merecida restauración que les devuelva su pasado esplendor.
Sin embargo, en los últimos años, San Pablo ha querido reinventarse. En pleno centro histórico de la ciudad, ha visto como sus rincones se han convertido en lugar de reunión de artistas, músicos, y gente joven.
Rutas gastronómicas, arte urbano sin pelos en la lengua o música al aire libre y en salas alternativas son algunas de las ofertas que San Pablo brinda a todos aquellos que quieran adentrarse por sus rincones más icónicos.
El arte callejero domina sus calles, fomentado por el Festival Asalto que cada año reúne a los mejores muralistas nacionales e internacionales, como Boa Mistura, Erica con C o el argentino Elian, entre muchos otros.
El street art más reivindicativo también se ha hecho con las paredes de esta calle con la mayoría de su población inmigrante.
En esta calle se celebran los eventos más alternativos de la ciudad, desde mercadillos de ropa vintage, exhibiciones y foodtrucks.
En verano se organizan sesiones de cine al aire libre sobre hamacas colocadas en la plaza y con picnic incluido.
Que San Pablo se haya convertido en una de las calles de moda de los últimos años es, en gran parte, por el cercano centro cultural Las Armas, que todas las semanas anima la zona con actividades, talleres, música y gastronomía. En su restaurante, podemos ver también la multiculturalidad presente en el barrio.
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