SEGOVIA-RUTA ROMÁNICA-ACUEDUCTO-SENDA DE LOS MOLINOS-MUSEO DE LA MONEDA

Paseo turístico realizado el sábado 15 de marzo de 2014
AVISO: Se entiende, que todo aquel que quiera realizar esta misma ruta, asume la responsabilidad que conlleva una actividad no exenta de posibles riesgos o incidentes, en un entorno en el que el sentido común y las circunstancias pueden marcar la diferencia entre pasar un buen día o todo lo contrario.
A pesar de que este buen tiempo invita a perderse por cualquiera de las zonas de Guadarrama o Ayllón, sin embargo hemos quedado con algunos de nuestros viejos amigos en la Segovia romana, mudéjar, románica y sobre todo turística.

Uno de nuestros amigos está haciendo una recopilación gráfica de todo el románico segoviano. Cuando digo recopilación gráfica me refiero a que se ha dibujado la mayoría de iglesias, pórticos, capiteles, mensarios, etc., de un periodo como el románico, que no por desconocido es de lo más interesante; y Segovia capital, aún le restaba alguna cosilla más que documentar. Habíamos quedado en la plaza de Fernández Ladreda, junto a la bonita iglesia de San Millán, una de las más antiguas de Segovia, que milagrosamente conserva aún intacta su torre mudéjar del siglo XI. Se merece una visita para disfrutarla como se merece, y más cuando si se baja por la misma avenida de Fernández Ladreda, nos encontramos a poco más de cinco minutos del Acueducto romano. Esta impresionante obra de ingeniería, que no deja de sorprenderme, también se merece una visita “a lo largo” y es que además de recorrer su impresionante estructura, se puede hacer una bonita excursión desde la toma de agua (construcción también romana) que lo abastece, unos kilómetros más arriba, en pleno valle del río Frío, muy cerca de Cabeza Reina y poco antes de llegar hasta la Camorca, que es desde donde nosotros hemos bajado en alguna ocasión hasta Segovia, una vez pasada la noche en dicha cumbre y disfrutar a mediados de agosto de la espectacular lluvia de estrellas de las Perseidas o lágrimas de San Lorenzo. Pasado el Acueducto, seguimos por el paseo Santo Domingo de Guzmán, que girando a la izquierda y en suave bajada, deja a la derecha el campus universitario y paralelo al río Eresma se va acercando cada vez más a dicho río segoviano, hasta que al llegar a la calle de la Moneda, lo cruzamos por el puente que hay junto al Museo de la Moneda, que también visitamos. Antes de esta visita, nos dirigimos al monasterio de Santa María del Parral. Mandado construir por Enrique IV y cuyo benefactor fue Juan Pacheco “marqués de Villena”, cuyos restos se encuentran a la izquierda del altar en la bonita y elegante iglesia de Santa María del Parral. Del monasterio tan sólo dejan visitar uno de los dos claustros, para mí el más bonito, y con una de las mejores vistas del Alcázar segoviano nada más entrar al mismo, donde al parecer se localizaba una enorme y antigua parra, con exquisitos frutos, que daría nombre al complejo monumental. El resto del monasterio de los jerónimos, se encuentra habilitado como hospedería, y tal vez sea el motivo por el que no dejan continuar el recorrido por un segundo claustro de doble planta, que ya pertenece al espacio dedicado al alojamiento de visitantes. Tras visitar monasterio e iglesia, una rápida subida por el camino de la Vera Cruz, para contemplar lo bonita que se ve Segovia desde esta especie de mirador. Rápidamente al Museo de la Moneda, para realizar la visita por un antiguo molino, que a partir del siglo XVI se convertiría en fábrica de moneda, y que estuvo funcionando durante los doscientos cincuenta años siguientes. Al lado del museo, un pequeño pero interesante centro de interpretación del Acueducto segoviano, al que se puede acceder con la misma entrada del museo, y que no hay que perderse. Como el museo fue uno más de los múltiples molinos que ya en la antigüedad se diseminaban a lo largo del río Eresma, decidimos hacer un tramo por el margen de dicho río, que han denominado “la senda de los molinos”. Para ello, empezamos a caminar, por el margen izquierdo del río Eresma, en el mismo paseo del Parral, que tras medio kilómetro acabamos dejando a la altura del centro de formación profesional, para pasando al otro lado del margen del río acabar cogiendo la calle de los Molinos, que al poco nos enlaza con la calle de San Lorenzo, que tomamos para hacer la última visita a la preciosa iglesia del mismo nombre, en cuya plaza (en casa Paco) acabamos comiendo, antes de regresar hasta los coches.