Senda de los Miradores, Muros de Nalón

Pequeña ruta por la senda costera de Los Miradores de Muros de Nalón.
La senda recorre unos cinco kilómetros por encima de la costa, con miradores y merenderos a lo largo de ella con numerosas vistas de la costa, playas y de acantilados. Discurre a través de un bosque de eucalipto siendo el camino pavimentado y muy cómodo para andar con niños, hay varias bajadas y subidas, según la orografía de la costa.
Desde el inicio, en vez de empezarla realmente, cogemos otro camino que sale a la izquierda hacia abajo y que lleva a la playa del Aguilar. Recorremos parte, sin llegar hasta la playa, parando en un mirador a la derecha, sobre una cala bonita que está al lado de la playa del Aguilar, a la derecha de la Punta del Campón.
El día es lluvioso y la lluvia nos acompaña todo el camino, suave a ratos, otros más intensa pero siempre presente y constante llegando a mojarnos los pies y caras, llevamos chubasqueros y botas de andar, pero no es suficiente. Vamos todos andando, pero cuando desandamos el camino y subimos de vuelta para empezar la senda, aprovechamos para coger la mochila portabebés y meter en ella a la niña de dos años que no tenía muchas ganas de andar ese día, estaba cansada y allí fue como una reina feliz y contenta.
El niño de tres años marcha atento buscando hobbits por los alrededores, los cuales está aprendiendo son difícil de ver, aunque él encuentra señales de ellos a cada paso que da, teniendo que parar para investigar. Vemos incluso una construcción suya, (un almiar muy bonito de paja).
Al poco nos encontramos con La Hormiga del Bosque, que los niños la saludan contentos, y llegamos al primer mirador. Está en un merendero muy grande, con mesas, bancos, papeleras y una fuente. Debajo hay acantilados y el mar oscuro y gris de nubes y lluvias. Después el camino serpentea bajado mucho y vamos con cuidado para intentar no resbalar en el suelo mojado, no para de llover y nos damos cuenta que no podremos andar mucho más.
Al terminar la bajada llegamos al Mirador Alto de las Llanas, sotechado y con un banco corrido guarecido de la lluvia, y paramos a comer algo. Viendo que el tiempo no mejora, decidimos volver, teniendo que subir nuevamente la cuesta y desde el mirador llegar al coche sin haber hecho más que una pequeña parte de la ruta.
Esta continúa hasta llegar a la Punta Espíritu Santo, unos 5 kilómetros de ida, pudiendo bajar por escaleras hasta la línea del mar y la desembocadura del río Nalón.
Esa parte del camino es muy buena también y la recorrimos en sentido contrario hace dos años, con el niño en la mochila portabebés y la niña en la barriga de la mamá.