SL MU-27 (Contraparada y entorno)

Dice mi amigo Francisco José Martínez Martínez:
En una ruta más amplia me he detenido para realizar el paseo que se ha señalizado hace poco el Sendero de la Contraparada SL-MU 27, este itinerario señalizado, de 1,84 kilómetros y trazado circular, se han instalado señales interpretativas que hacen referencia a los valores paisajísticos, naturales y patrimoniales de este importante enclave de la Huerta de Murcia. El itinerario cuenta, además, de un novedoso sistema de videoguía que se podrá solicitar en el Centro de Visitantes. A la Contraparada se llega en coche por la autovía del Mediterráneo, buscando la salida de Javalí Nuevo. Una vez que pase el cuartel de Santa Bárbara, deberá coger el camino que sale a mano izquierda para bajar al río. En las inmediaciones se han habilitado plazas de aparcamiento. Otra alternativa más sana y ecológica es cubrir el trayecto andando o en bicicleta. El carril que parte del Malecón lleva directo. Son 12 kilómetros por un itinerario llano, paralelo al cauce del Segura. Si elige esta opción, es recomendable realizar una parada a la altura del kilómetro 7.1. Un camino conduce hasta la rueda de La Ñora, ahora restaurada, el único de estos artilugios elevadores que queda en funcionamiento en el municipio. Se trata de un buen lugar para recuperar fuerzas, con el refrescante canturreo del agua en la acequia mayor de Aljufía, y seguir la marcha. El corredor ecológico de la mota del río también permite llegar a la Contraparada desde las localidades que hay aguas arriba. Yo salgo al lado de la planta potabilizadora, aqui se puede dejar el coche, otro sitio posible es en el Centro de interpretación, al otro lado del río, recorro el Soto de las Aneas, a la sombra de los pinos, tararys y eucaliptos que lo pueblan. A ambos lados del río se han habilitado pequeñas áreas de picnic con bancos y mesas de madera y las fuentes de agua potable ya están en funcionamiento y paso al margen derecho del río por una pasarela de madera sobre el Segura permiten recorrer el paraje fluvial en un agradable paseo otoñal, este viaducto, junto a la acequia de Aljufía, del que toma su nombre, llama la atención por su arco de nueve metros de altura. Llego a una pequeña cueva que resulta ser una canalización hidráulica de la época romana, justo enfrente del comienzo de la Acequia Mayor Alquibla (también llamada Acequia de Barreras) una de las dos acequias mayores que vertebran la red de riego tradicional de la Huerta, aquí hay un pequeño montículo que han arreglado como mirador, de aquí me dirijo al centro de visitantes (otro buen sitio para dejar el coche y hacer la ruta) Centro de Visitantes que han abierto en la Contraparada y que funciona los fines de semana, en este equipamiento se presentan los valores históricos, sociales y patrimoniales tanto de la Contraparada, como de la huerta de Murcia y el río Segura. El edificio consta de dos plantas. En la planta baja se sitúa el espacio de recepción de visitantes, en el cual se proporcionará información tanto de la visita al Centro, como del recorrido por el sendero exterior. En ella se incluyen contenidos multimedia que aportan información adicional a las señales informativas instaladas en el recorrido, además de incluir un mapa con los puntos de interés en el que, gracias a un sistema de geolocalización, se indica la posición del visitante en tiempo real. Y me paso al margen izquierdo por el Puente de las Ovejas (forma parte del GR 250), esta pasarela de madera sobre el Segura permiten recorrer el paraje fluvial que también une las dos márgenes, se denomina de las Ovejas y recuerda el paso levantado sobre el río por los alcaldes de la Mesta en el año 1271. Una prueba más de la importancia histórica de este paraje natural.
Antes de llegar al principio de la travesía paso por Escorredor Mayor, Poza de los Tubos o Poza de Benito (un escorredor en un desagüe que succiona y arrastra los sedimentos que se acumulan en boca de la acequia o en el propio río) se encuentra situado a 150 metros por debajo de la acequia Mayor Aljufía, su función es la de detener o soltar el agua que procede de la acequia devolviéndola de nuevo al río.