Tejeda de Tosande (Dehesa de Montejo-Palencia)

Ruta clásica de la Montaña Palentina.
La Tejeda de Tosande es una de las concentraciones de tejos más destacadas de la península, situándose en la Sierra de la Peña, dentro del término municipal de Dehesa de Montejo. La tejeda se ubica en la vertiente norte de la Peña Horadada (1818 m), sobre el valle de Tosande e integrada dentro de un extenso hayedo.
La excepcionalidad de la Tejeda de Tosande se debe por un lado al elevado número de tejos que la componen, setecientos cuarenta y tres pies inventariados, y, por otro, a que en su mayoría son ejemplares muy viejos.

Comenzamos en el aparcamiento que hay a la altura de Dehesa de Montejo en la carretera que une Cervera de Pisuerga y Guardo.
Cogemos la senda que sale del aparcamiento y que tras pasar el túnel sobre la línea de ferrocarril nos lleva a un pequeño valle con tierras de cultivo. Giramos a la izquierda y seguimos la senda que va paralela al arroyo de Tosande, seco a estas alturas del verano, atravesando un bosque de encinas y robles.
Recorremos dos kilómetros por esta senda y llegamos a un puente de madera donde se bifurca la senda. Por la de la izquierda también se asciende a la tejeda y, en nuestro caso, será por la que bajaremos a la vuelta.
Seguimos por la senda que llevamos y al poco se abre ante nuestros ojos el precioso valle de Tosande. A nuestra izquierda, por encima del bosque, podemos ver la cima de peña Horadada.
Giramos a la izquierda y ascendemos un pequeño tramo de prados hasta adentrarnos en el hayedo entre los que se intercalaran los ejemplares de tejo. A partir de aquí seguimos un estrecho sendero que atraviesa el hayedo y nos permite contemplar de cerca los maravillosos tejos,. En la zona de mayor concentración, existen unas pasarelas de madera que nos facilitan el caminar y que evitan que nos salgamos del sendero establecido.
Salimos del hayedo y llegamos a un mirador donde podemos disfrutar de una preciosas vistas, con la sierra de Peña Labra al fondo.
Tras descansar un rato, iniciamos el descenso que nos vuelve a adentrar en otra zona boscosa y que nos conduce hasta el puente de madera que vimos anteriormente. Desde aquí no queda más que deshacer el camino hasta el aparcamiento.