Visita guiada a la iglesia de San Vicente Mártir de Donostia.

Interior

Interior (2)

Desde junio de 2007, por el V Centenario de la parroquia, cruz de hierro (un doblete, soldado a dos plataformas), atravesada por espacios huecos que permitirán el paso de la luz en diferentes direcciones, cuyo autor es el escultor Ricardo Ugarte (Pasai San Pedro, 1949), colocada a la derecha del altar mayor. La cruz tiene 2,40 metros de altura y 14 centímetros de anchura, y se hizo en la cerrajería de Mariano Torres en la misma calle San Vicente desde 1902.

Retablo

El retablo es romanista, de Ambrosio de Bengoechea y de Juan de Iriarte; era una “pizarra para la enseñanza de la Historia Sagrada”, y en principio era un relicario, pero luego, los retablos se hacían para ornato de la iglesia (desde el gótico). El Gobierno Vasco se preocupa por los retablos de Euskadi (unos 70, de los cuales, 23 en Gipuzkoa) desde el año 2000, y se inicia el estudio y catalogación además de la declaración como BCC (Bien Cultural Calificado) y BIC (Bien de Interés Cultural). Son góticos los de Errenteria, Zumaia, Azpeitia y Loiola, San Pedro de Bergara, Aizarna, y Oñati. Del Renacimiento, los de Eibar, San Vicente de Donosti, San Esteban de Oiartzun, Irun, Hernani, Lazkao, Beasain, Segura y Santa María de Donosti. Bigarny, Damien Forment, Alonso Berruguete, Juan de Juni, Gaspar Becerra, entre otros, trajeron la moda de Italia para los retablos, y ‘gure’ Juan de Anchieta, oriundo de Azpeitia, aprendió de ellos. Al hablar de Renacimiento, en España se habla de “Romanismo”, que se dio en tiempos de Felipe II (segunda mitad del siglo XVI). Ambrosio de Bengoechea, de Alkiza (“el sordo de Alkiza”, pues era sordomudo), alumno de Juan de Anchieta, trabajó en Berastegi, Tolosa, Zarautz, basílica de Lezo y en Cascante (obra desaparecida). Se le atribuye la Virgen de la iglesia de Aiete, y el Crucificado de la sacristía de San Vicente. El encargo de este retablo se hizo en 1588, y el compromiso era de hacerlo en tres años. De abajo arriba se ve el banco de piedra (de cronología posterior al resto del retablo). Sobre él, la predela del retablo, con altorrelieves de Juan de Iriarte, y sobre la predela, un friso muy trabajado. En el retablo hay tres pisos, y siete calles (cuatro, incluida la central, con esculturas de bulto, y dos, con relieves y escenas de martirios de San Vicente y San Sebastián). Arriba, una cabecera y un Crucificado. En la calle central, el Cristo Salvador es posterior al retablo. En el segundo piso, el santo titular, vestido de dalmática, con el cuervo sobre la mano izquierda, y la rueda de molino a los pies. Le falta la palma del martirio (antes la tuvo). En el tercer piso, San Sebastián se sale del nicho. Arriba, se ve la Asunción de la Virgen, y a los lados, Santa Quiteria y Santa Águeda. A los lados del Crucificado, la Fortaleza (con una columna) y la Justicia (con una balanza). En los relieves, escenas de Anunciación, Adoración de los pastores, y martirios de San Vicente y de San Sebastián. En doce nichos, los Apóstoles. En estos nichos de los tres pisos, de inferior a superior, frontones curvos, rectos mixtilíneos y triangulares. Las columnas, acanaladas, y con el tercio inferior decoradas ”a candellieri”; los capiteles del primer piso, dóricos, y de los otros dos, corintios. En las figuras representadas y en la Eucaristía, se siguen los normas del Concilio de Trento, celebrado de 1545 a 1563. Es todo un lujo de retablo, que fue restaurado en 2003.

Predela y friso

El banco de piedra (donde se suele poner a los padres de la Iglesia: San Gregorio, San Ambrosio, San Jerónimo y San Agustín), de Juan de Iriarte, es de cronología posterior. En la predela del retablo, seis altorrelieves de Juan de Iriarte (natural de Alsasua), con escenas de la Última Cena, el Lavatorio, la Oración del Huerto (los Apóstoles dormidos en Getsemaní), el Prendimiento y ataque a Malco, y Cristo ante Pilatos. Sobre la predela, un friso muy trabajado, con la Flagelación, la Coronación de espinas, Jesús ante Anás, el Camino del Calvario, Cristo clavado a la Cruz y Descendimiento.

Predela y friso (2)

Primer piso

En el retablo hay tres pisos, y siete calles (cuatro, incluido el central, con esculturas de bulto, y dos, con relieves y escenas de martirios de San Vicente y San Sebastián). En las figuras representadas y en la Eucaristía, se siguen los normas del Concilio de Trento, celebrado de 1545 a 1563. En el primer piso, escenas de ‘Anunciación’ a la izquierda, y de la ‘Adoración de los pastores’ a la derecha. En la calle central, el ‘Cristo Salvador’, barroco, que es posterior al retablo.

Segundo y tercer pisos

En el segundo piso, el santo titular ‘San Vicente Mártir’, vestido de dalmática, con el cuervo sobre la mano izquierda, y la rueda de molino a los pies. Le falta la palma del martirio (antes la tuvo). A la izquierda, ‘Crucifixión de San Vicente’, y a la derecha, su ‘Martirio’. En el tercer piso, ‘San Sebastián’ (que se sale del nicho). Y a la derecha, el ‘Juicio de San Sebastián’, y a la izquierda, su ‘Martirio’.

Ático y Apóstoles

**En el ático, se ve la Asunción de la Virgen, y a los lados, Santa Quiteria (a quien cortaron la cabeza) y Santa Águeda (a quien cortaron las mamas). **Sobre la Asunción, un Crucificado, y a los lados, la Fortaleza (con una columna) y la Justicia (con una balanza). **Las figuras de los Apóstoles están en “contrapposto” (con línea “serpentinata”) dando sensación de movimiento (el tronco hacia un lado, los brazos hacia el otro, y la cabeza en la misma dirección que el tronco). Los pies de las figuras, se ven a distinta altura, al poner uno de los pies sobre un escabel (muy evidente en la figura central de San Vicente).

Nave de la Epístola y muro Sur

En el frente de la nave de la Epístola, retablo barroco de la Sagrada Familia, con gran escenografía, propia del Barroco. El “Ecce Homo”, muy humano, es de Felipe de Arizmendi. Este, la Dolorosa, y el Cristo yacente, son imágenes ‘procesionables’ en Semana Santa. Situados en el muro Sur.

Sacristía

La sacristía es de Juan de Umbarambe, de 1666, y ahí está el Crucificado, de Ambrosio Bengoechea. En el lavabo, a la derecha la toalla para “antemisam” y a la derecha, para “postmisam” En el muro Sur, junto a la sacristía, una ‘Adoración de los Reyes Magos’, que pudiera ser de Ambrosio Bengoechea.

Nave del Evangelio

En el lateral izquierdo, retablo con predela de Juan de Iriarte (‘Encuentro en la Puerta Santa de San Joaquín y Santa Ana’, y ‘Nacimiento de la Virgen’), y arriba, una ‘decapitación de San Juan Bautista’. En el muro Sur, el retablo de San Eloy y el de las Ánimas, este de Felipe de Arizmendi. La pila bautismal, estuvo en la entrada, en el baptisterio, pero hoy está en el exterior. Se construyó en 1892 un lugar adosado en el interior, para la pila, donde hoy se expone parte de la orfebrería de la iglesia.

Bajo el coro. Retablos de San Eloy y de las Ánimas.

Bóvedas del bajocoro, del siglo XVIII, con claves coloreadas. En el muro Norte, retablos de San Eloy, y de las Ánimas, de Felipe de Arizmendi, oriundo de Donostia.

En el coro

Desde la reja, vista soberbia sobre el retablo y el espacio interior de la iglesia. La reja del coro, de 1784, lleva la firma del herrero: ”ME FECIT JPH ZOENOZA” El órgano romántico Cavaillé-Coll es de Alexandre Cavaillé-Coll (1811 - 1899) fabricante francés de órganos.

Oteiza.

En el exterior, sobre un muro de la sacristía, ”Pietà” de Oteiza, en aluminio, reinterpretada por Jose Ramón Anda en 1998. El pórtico del lado Sur lo financió el duque de Mandas, en 1929, así como los grandes rosetones.

Pórtico y Portada Oeste.

El reloj de la torre es de 1606, de los más antiguos en San Sebastián. El pórtico Oeste es barroco, de 1619, de Domingo de Zaldua. La portada de la fachada Oeste, con arco apuntado, es del siglo XVII, con San Vicente en la hornacina central.”

Restos y algo de urbanismo.

“Koxkeros” y “josemaritarras”. Se ven las “koxkas” en un muro (probables restos de una obra no terminada). Por eso los bautizados en San Vicente son “koxkeros”, y los bautizados en Santa María, “josemaritarras”. Restos pétreos labrados, de antiguas construcciones. Bajantes de aguas “embutidas” en la pared, con ménsulas en la parte superior: “cosas” de Ugartemendia en la reconstrucción de la parte Vieja tras el incendio de 1813. Tras la visita, en el camino hacia la comida, vemos las placas “restantes” (y deterioradas) del Barrio Primero, uno de los cuatro barrios de la Parte Vieja.