LUGO. Viveiro Gremial del S. XVIII.

Comenzamos la ruta en la avenida de Galicia junto a la estación de autobuses. Entramos en el casco antiguo y por la avenida de Cervantes. Encontrando a su inicio restos arqueológicos de la muralla.

Torcemos por Rúa Pedro Falto, donde las casas tenían grandes entradas para dar paso a carruajes y mercancías. Seguimos junto a un parque para llegar a la plaza de San Francisco donde está la iglesia de San Francisco.

Volvemos a la avenida Cervantes para dirigirnos a la derecha hasta la rúa Margarita Pardo de Cela, donde se encuentra la entrada al Calexón do Muro a través de unas escaleras.

El Calexon do Muro es un estrecho pasadizo que formaba parte del adarve de la antigua muralla. Tiene una anchura de 1 m que se ve ampliado en algún tramo.

Salimos a rúa Diaz Freijo hasta la calle Pescaderías. Llegamos a rúa Irmáns Vilar Fonte y torcemos a la derecha hasta llegar a Calexa das Monxas, ( que es como se conoce a la calle María de las Alas Pumariño), y a la Porta do Valado. Al lado se encuentran la iglesia de Santa María y el convento de las Concepcionistas.

El ábside de la iglesia de Santa María del Campo es semicircular con tramos rectangulares y en el alero hay una serie de canecillos relativos a los pecados capitales, llamados canecillos de la lujuria. También vemos las marcas de los canteros en los sillares de las piedras de granito.

Un poco más adelante vemos la Gruta de Lourdes con los exvotos de cera. A ella pertenecía el gremio de los cerrajeros.

Seguimos a la calle de Maruja Mallo y al lado la Porta Da Villa. Seguimos por Almirante Chicarro torciendo por la primera calle a la derecha, la calle de los Herreros, donde se originó el fuego que quemó Viveiro.

Volvemos a torcer por la primera calle a la izquierda, hasta llegar a la plaza del Horno y de aquí, siguiendo por rúa Pastor Diaz llegamos a la Plaza Mayor, que está muy animada, porque hoy es día de mercado.

Hace unos años han restructurado la plaza reemplazando edificios antiguos por otros modernistas, dando a la plaza un aspecto poco acogedor y nada afortunado. Cuando entras en la plaza por primera vez imaginas lo que allí pudo haber, y lo que ves, no te gusta ni te resulta agradable. Es una lástima.

Aquí, en la Plaza Mayor termina nuestra visita que ha resultado muy interesante y nos ha ayudado a entender el casco antiguo de Viveiro. Es una visita guiada que merece mucho la pena.

Que tengáis buen paseo por Viveiro!!!