Yacimientos de Atapuerca y Museo de la Evolución Humana

YACIMIENTOS DE ATAPUERCA. PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD.
En visita guiada nos acercamos a la Sierra de Atapuerca en una pequeña colina a unos 15 km de Burgos, que ocupa una posición geográfica estratégica en una vía de comunicación entre las cuencas del Ebro y del Duero.
Hace unos 10 millones de años el río Arlanzón comienza a labrar su valle fluvial. El agua va filtrándose por las fisuras y oquedades de las rocas calizas de este cerro, disolviéndolas y creando numerosos conductos y galerías por donde circulaban las aguas subterráneas.
Se suele decir que la Sierra de Atapuerca es como un queso Gruyère, al estar
llena de agujeros por dentro. Se trata de un karst, que significa terreno rocoso disuelto, de origen freático vinculado al río Arlanzón, que a medida que el nivel de sus aguas descendía, se iban formando enormes estalactitas y estalagmitas.
Hace un millón de años el derrumbe de los techos y galerías huecas hizo que las cuevas se abrieran al exterior, permitiendo su uso a animales y humanos
y se formaran así los tres yacimientos que vamos a visitar.
A finales del siglo XIX la construcción de una vía para el ferrocarril minero desde la sierra de la Demanda hasta el enlace con la línea de ferrocarril Burgos-Bilbao, para suministrar mineral de hierro y carbón a las siderurgias vascas, abrió una gran trinchera de cerca de 500 m de longitud y 20 de altura en la roca caliza del cerro.
En el interior de esta trinchera se localizan tres de los más importantes yacimientos arqueológicos de la Sierra de Atapuerca: Sima del Elefante, el complejo Galería y Gran Dolina.
La guía nos comenta que las excavaciones y búsqueda de restos arqueológicos se desarrolla principalmente en el periodo que va del 15 de junio al 30 de julio.
Una gran estructura metálica da entrada a los tres yacimientos de la Trinchera del Ferrocarril, visitando primero el de la SIMA DEL ELEFANTE, que se llama así porque en él se encontró un resto de diente identificado como de elefante cuando en realidad se trataba de un molar de rinoceronte, aunque posteriormente (2007) apareció un astrágalo de elefante, justificando así su nombre.
El suelo de esta cavidad que tiene una altura de 25 m de sedimentos estratificados y 15 de anchura, no está visible, ya que a día de hoy se ha excavado hasta el nivel TE9 (a unos 6 m del suelo), que corresponde a los estratos más antiguos, de más del millón de años, en los que se encontraron los restos humanos más antiguos de Europa (falange de mano y mandíbula ) y herramientas de piedra (lasca de silex), lo que demuestra que el oeste europeo estaba habitado hace más de un millón de años.
El estudio de estos restos humanos ha llevado a los investigadores a definirlo como probable Homo Antecessor.
Los numerosos huesos de animales hallados en los sedimentos de niveles superiores al TE9, datan de hace unos 300.000 años.
En un recoveco de Cueva Mayor y de difícil acceso, se ha encontrado la SIMA DE LOS HUESOS, que alberga una colección de fósiles única en el registro antropológico mundial, ya que se ha recuperado una treintena de individuos heidelbergensis, incluyendo los huesos del oído. INCREÍBLE!!!
Caminando, a escasos metros llegamos al siguiente yacimiento conocido como la GALERÍA, que está lleno de andamios, lo que hace suponer que en la década de los 80, cuando se empezó a excavar aquí, los arqueólogos se transformaban en verdaderos obreros de la construcción, montando andamios y acondicionando perfiles.
Esto me trae curiosos y extraños recuerdos de comiezos de este siglo, cuando un técnico colega de Osalan, aprovechando un viaje de trabajo a Atapuerca, a una consulta mía, preguntó por los riesgos laborales a los que estaban expuestos los arqueólogos. La respuesta fue que la ley de Prevención de Riesgos Laborables no les afectaba y que además no tenían ninguno. SIN COMENTARIOS!!!
En este yacimiento se descubrió en los estratos inferiores una mandíbula de una mujer “heidelbergensis”de hace medio millón de años.
En esta galería se encuentran evidencias de una trampa natural por la que caían diferentes animales herbívoros que los grupos humanos con sus herramientas aprovechaban su carne (marcas de corte) así como los animales carnívoros (marcas de mordeduras).
Los huesos de animales encontrados en estos sedimentos corresponden a caballos, ciervos, bisontes, rinocerontes, leones, lobos…de hace unos 300.000 años.
En alguna de las paredes se encuentran marcas de las uñas de los osos. Aparecen herramientas de piedra tales como los bifaces y los percutores.
Un poco más adelante, llegamos a GRAN DOLINA, excavada una extensión de 80 m2 y 18 m de sedimentos, es considerado como el mejor tesoro dentro de la Trinchera del Ferrocarril.
En 1994 los arqueólogos realizando un sondeo en el nivel TD6 encuentran un diente humano del HOMO ANTECESSOR (explorador).
El estudio de restos humanos (un húmero, una clavícula, dos mandíbulas y varios dientes) localizados posteriormente en este nivel, confirman el canibalismo como práctica habitual entre Homo Antecessor hace 800.000 años.
Más que recomendable visitar luego en pleno centro de Burgos, el Museo de la Evolución Humana, en edificio minimalista y racional en cubo de aluminio acristalado.
Hay que ver especialmente las salas Atapuerca en la planta -1 (de las cuatro que tiene el museo), que nos muestran lo que se excava y se hace en los yacimientos que antes hemos visitado así como lo que se descubre y su importancia.
Hay piezas originales de los yacimientos visitados de Elefante, Galería y Gran Dolina.
Destacar, entre otros, un homínido de Gran Dolina de hace 800.000 años, una cadera completa (de tanto valor para los arqueólogos como la del cráneo, por la extensa información que aporta) y un cráneo de nombre Miguelón (en honor a Indurain) de Homo heidelbergensis, procedente de la Sima de los Huesos, una mandíbula de león de hace medio millón de años, el bifaz de cuarcita “Excalibur”…y un largo etcétera de huesos y restos fósiles.