Zaragoza, plaza a plaza (o así)

Fecha de realización: 9 de Noviembre de 2021

El punto de encuentro es la portada de la Iglesia de San Miguel de los Navarros, en la Plaza San Miguel, sobre las 10:00 h.

Seguimos (más o menos) el itinerario que plantea José Antonio Labordeta en el capítulo 'Zaragoza, plaza a plaza' de su libro 'Aragón en la mochila'(1) entre la paza de San Miguel y la de Lanuza.

Algunas curiosidades del recorrido:

El escultor Gregorio de Mesa Martínez fue contratado en el año 1700 para decorar la portada de la Iglesia parroquial de San Miguel de los Navarros de Zaragoza con un imponente arcángel San Migel a punto de descargar su espada sobre el demonio. En 1860, y a causa de un rayo que provocó graves daños a la cabeza en yeso de éste, Félix Oroz fue el encargado de elaborar una nueva cara del “ángel caído”. Para esta ocasión, el artista se inspiró en el retrato de su amigo y compañero de estudios en los Escolapios, el que era rector de la Universidad de Zaragoza, don Jerónimo Borao, broma que fue muy comentada en la época.
Otro de los elementos curiosos del citado templo es la "campana de los perdidos", conocida por ese nombre porque cada anochecer daba 33 campanadas para que aquellos campesinos que aún no habían vuelto a casa se guiasen en el camino de regreso por el sonido del instrumento (antes hubo un faro que destrozó un tormenta). Manteniendo la tradición, cada crepúsculo se puede escuchar aún el tañer de la campana.
Según la tradición, el nombre de la iglesia se debe a que San Miguel se apareció a las tropas navarras que ayudaban a Alfonso I en el asedio a Zaragoza.
Damián Forment, responsable de los retablos del Pilar y de la iglesia de San Pablo, recibió el encargo del de San Miguel. El hecho de que empleara por primera vez en Aragón la estructura arquitectónica renacentista, la excepcional iconografía (escenas del Apocalipsis según San Juan), la talla central, ... hacen que siga siendo una obra maestra en todos los sentidos.

El antiguo puente de San José, que fue considerado el paso más importante sobre el río Huerva en su discurrir por Zaragoza durante el siglo XVI, se encontraba unos cuantos metros aguas abajo del actual, más o menos a la altura de la calle de Heroísmo, en un lugar que casi coincidía con la desaparecida puerta Cremada, o Quemada.

Muy cerca, en dicha calle, hay una tasca familiar llamada El Garapitero. Su nombre viene del recaudador de impuestos del vino, que iba por las bodegas y cobraba por garapitos, antigua medida usada en la viticultura.

En la calle Añón hay un curioso escudo empotrado (¿Abizanda?) y en la esquina con la calle La Torre aparecieron los restos de una domus romana, cuyo triclinio se exhibe en el Museo de Zaragoza (2).

En la calle de Las Eras unas antiguas portadas.

En la esquina de la calle Palomar con la de La Viola, se aprecian huellas de disparos de la Guerra de la Indepencia.

En la calle Olleta, una extraña hornacina vacía y en la de Luzán algún portalón reconvertido en ventana.

Una de las puertas de la muralla medieval fue la llamada del Sol que se encontraba en el Coso Bajo a la altura de la plaza de la Tenerías. La construcción medieval fue remodelada en 1745 y se decoró con un relieve de un sol labrado en caliza de Calatorao. Tras la demolición de esta puerta en enero de 1869, el sol de piedra pasó al Museo de Zaragoza (3).

La llamada desde la Edad Media “Puerta de Valencia” y en tiempos clásicos “Porta romana”, fue derribada en 1867. Entre los escombros aparecieron tres inscripciones latinas (conservadas también en el Museo de Zaragoza), una de lectura sumamente confusa que pudo estar colocada en la entrada de alguna casa, otra dedicada a la propia puerta por los trabajadores que la levantaron y que deseaban volver a sus hogares: PORTA ROMANA QUI FACIUNTE LARES RECEDANT, y dos grandes sillares con una inscripción monumental: (CA)ESAR DIVI, en relación con el culto al emperador (4).

En Julio de 2017 se comunicó el hallazgo de la parte inferior de la torre sur que hacía de soporte del portal de la muralla, en el sótano de un establecimiento comercial en el número 147 del Coso.
En el tramo descubierto de 4,75 m de largo por 2,3 de alto, se encuentran seis alturas de sillares intactos de la época romana, sin añadidos y sin obras posteriores, conservados en perfecto estado a pesar del habitual desgaste de la arenisca.
El torreón está datado en la segunda mitad del siglo III o comienzos del IV.

En la iglesia de la Magdalena, según dicen, el gallo de su veleta entonó un metálico quiquiriquí el día en que los reyes Católicos conquistaron Granada.
Y en su interior, uno de los altares laterales lo preside una urna de cristal en la que se aprecia a San Mamés, recostado y sujetando sus tripas fuera del cuerpo, instantes después de ser martirizado.

En la iglesia de San Nicolás hay un antiguo crismón que es, junto con los de la iglesia de la Santa Cruz en la calle Méndez Núñez y el de la iglesia de San Felipe en la calle Gil Berges que también visitaremos, de los pocos que perduran en la ciudad.

En la plaza de la Piedad, placa de la cofradía de la Piedad y del Santo Sepulcro en honor a esta virgen con motivo del 75 aniversario de la fundación de esta hermandad, primera en procesionar por las calles de Zaragoza como tal.

En la calle de Gavín, esquina con Palafox había un establecimiento, medio tienda, medio taberna, 'La Reja', donde cantaba Pedro Nadal Auré, 'el Royo del Rabal', un azutero de ideas republicanas que en alguna ocasión le costaron la cárcel.
Allí se montaban grandes lifaras, y personajes como Pérez Galdós o Lagartijo acudían, siempre que pasaban por Zaragoza, con la ilusión de oír al mítico cantador.

El 20 de diciembre de 1591 rodó la cabeza de Juan V de Lanuza, Justicia de Aragón, en la Plaza del Mercado de Zaragoza. Felipe II le había condenado a muerte por "levantar banderas contra su rey". "Los soldados ocuparon las calles«, «se hizo pública la sentencia del justicia y envolvió en luto y en silencio toda la ciudad. Y desde aquella casa hasta el cadalso fue llevado con pregones, en que decían que el rey le mandaba cortar la cabeza, derribar sus casas y castillos y confiscar su hacienda". De la casa de los Lanuza en Zaragoza se salva la magnífica techumbre reutilizada después en el palacio de Sobradiel, sede del actual Colegio Notarial de Aragón en la plaza del Justicia.

Nuestro paseo termina junto al Mercado Central.

Habrán sido unos 3,7 km de recorrido sin desnivel apreciable.

El almuerzo/vermú/comida será en el restaurante El Duende Azul 7, av. César Augusto, 103, tfno. 661081153.


(1) Véase http://www.paisajesdelabordeta.com/aragon-la-mochila-zaragoza-plaza-plaza/
(2) Véase Museo de Zaragoza – Guía, págs. 150, 152 y 153
(3) Véase Museo de Zaragoza – Guía, págs. 122, 124 y 125
(4) Véase Museo de Zaragoza – Guía, págs. 210 y 211